MADRID. Hoy se estrena la nueva película de Almodóvar, el director que fue alzado como adalid de la España rupturista en la época de la Movida madrileña, que cosechó el prestigio internacional con su giro hacia la gravedad pero que, desde hace años, enfrenta a la crítica en su país.
Salvador Llopart, del diario La Vanguardia, aunque no se mostraba favorable a la película -"hay que (...) explicar sencillamente lo que uno ve: una comedia con poca gracia", dice-, resume la situación.
"Ni toca cargarse a Almodóvar porque es Almodóvar, ni toca ensalzarlo. Tan sólo recordar que Almodóvar ha sido -y es- un creador fundamental, capaz de liberar fuerzas escondidas durante la alegre España de la transición. Por eso merece respeto. Aquí, donde a veces se le niega".
Pero casi tanta expectación como el propio estreno, causaba en la comunidad cinematográfica la opinión de Carlos Boyero, crítico de El País al que Almodóvar había contestado desde su blog tras las demoledoras críticas vertidas hacia "Los abrazos rotos".
El crítico de cine titulaba su recensión como "¿Qué he hecho yo para merecer esto? (II)" y acusaba en "Los amantes pasajeros" de entroncar con "las comedias más cochambrosas de Mariano Ozores (...) aquel cine subdesarrollado y sonrojante".
Sin embargo, en el diario El Mundo, sí han comulgado con la decimonovena película del ganador de dos Óscar por "Todo sobre mi madre" y "Hable con ella".
"La película, admitámoslo, se mantiene a distancia de la precisión, exuberancia y hondura, todo en uno, de las grandes películas que componen uno de los 'corpus' cinematográficos más originales, intransferibles y corrosivos del cine contemporáneo (...) Pero la firma sigue ahí", escribe hoy Luis Martínez, cronista y crítico del periódico.
"Es Almodóvar devolviéndonos, para bien o para mal, la perfecta imagen de lo que somos. Brillante", concluye.
En ABC, Oti Rodríguez Marchante tampoco ha sucumbido a los encantos de "Los amantes pasajeros", en la que "todo se cubre de inmediato de una alarmante falta de algunas de sus mejores cualidades (de Almodóvar) y se va construyendo una 'comedia' en la que no salta la chispa, no asoma la mejor emoción (...) y la risa es un premio que se queda desierto".
Algo mejor es la valoración de Sergi Sánchez, del periódico La Razón, aunque observa que "a ratos, parece que Almodóvar lleva demasiados años sin pisar la clase turista" de los aviones y afirma que "lo que antes fluía de un modo absolutamente natural, ahora se atasca en las arterias del artificio".
En las revistas especializadas, en cambio, han encontrado más valores positivos en la nueva película del director manchego, y tanto en Fotogramas como en Cinemanía le han brindado cuatro estrellas sobre cinco.
Jordi Costa, de la primera de ellas, se pregunta: "¿Qué ha querido contarnos esta vez Pedro Almodóvar? Quizá nada. O todo: que la utopía pasa por la carne, el placer, el deseo satisfecho, la autolegislación del extravío, la hipervisibilidad y la celebración del tabú felizmente enterrado de una vez por todas".
Carlos Marañón, en Cinemanía, describe cómo "lo que aparenta la impostura clásica de las tópicas locas que han hecho carrera en pantalla acaba sublimando en salto mortal, haciendo equilibrio imposible entre el kitsch trasnochado y la genialidad".
Una opinión compartida por Carlos Reviriego, de El Cultural, quien asegura: "Patidifusos, salimos de la singladura por las nubes que propone 'Los amantes pasajeros', recordando aquello que cantan las Pointer Sisters en el coreografiado número musical de los azafatos (véase el teaser): que hemos perdido el control (el rumbo) y que además nos gusta".