París. El ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn pidió ayer a la Justicia francesa que se prohíba la publicación del libro Belle et Bête de la ensayista Marcela Iacub, por tratarse de un texto "despreciable" que se aprovecha de la su vida privada y familiar. En la audiencia ante la jueza Anne-Marie Sauteraud, el ex ministro francés de Economía argumentó que el libro, en el que Iacub relata su relación sentimental con DSK, se beneficia de "la devastación" de su vida privada. Y así lo repitió a la salida de la sesión, donde dijo a los medios estar "asqueado por el carácter despreciable" de ese texto, y por el hecho de que todo lo que cuenta sea, a su juicio, "totalmente mentira". "Ya basta, estoy cansado de que se me utilice. Ya es suficiente", concluyó ante la prensa, tras haber afirmado ante el tribunal que este asunto le "supera ampliamente" y haber criticado las prácticas de periodistas y editores "dispuestos a cualquier cosa para hacer dinero". Iacub, investigadora en Filosofía del Derecho y columnista nacida en Buenos Aires en 1964, encontró a Strauss-Kahn a finales de 2011, tras haber publicado un libro en el que defendía al ex director del FMI en medio de la tormenta provocada por las acusaciones de violación lanzadas por una empleada de Sofitel en Nueva York. A partir de enero de 2012 mantuvieron una relación que duró siete meses, sobre la que la escritora sacó el polémico libro en el que describe a DSK como un "medio hombre, medio cerdo". "El hombre es horrible, el cerdo es maravilloso, pese a ser un cerdo, es decir, un ser intratable. Es un artista de las alcantarillas, un poeta de la abyección y de la suciedad", describe la escritora en una entrevista que la semana pasada publicó el semanario Le Nouvel Observateur. Iacub también ataca a Anne Sinclair, esposa de Strauss-Kahn, de la que está separada. Según la ensayista, Sinclair "está convencida de que tanto ella como su marido pertenecen a la casta de los dueños del mundo".
El letrado de Strauss-Kahn, Jean Veil, leyó ante el tribunal un correo electrónico que Iacub envió a su cliente en el que le pedía "perdón" y en el que argumentaba que había sido "utilizada". Aunque el texto no menciona en ningún momento a DSK, Iacub reconoció a Le Nouvel Observateur que el libro trataba sobre el exdirector del FMI y que la narración incluía elementos de ficción.