Bilbao. Uno de los objetivos de la posible futura Orquesta Nacional de Euskadi sería conseguir una sinfónica con mayor proyección internacional, que se convirtiera en una importante embajadora cultural del país. Al igual que ha ocurrido con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC), que cuenta con un 60 a un 70% de financiación pública a partes iguales entre la Generalitat y del Ayuntamiento de la ciudad condal.

Fundada en 1944 bajo la dirección del maestro Eduard Toldrá con el nombre de Orquesta Municipal de Barcelona, la formación se ha integrado en la vida cultural catalana mediante la celebración regular de conciertos y lleva la música y el nombre de Catalunya a las más importantes salas de audiciones de todo el mundo. "Es una orquesta muy potente, el Ayuntamiento y la Generalitat concentran todos sus esfuerzos en la orquesta, que tiene como objetivo actuar de embajadora de Catalunya. Ahora, por ejemplo, estamos a punto de salir de gira a Austria, Eslovenia, Croacia...", explica el gerente de la formación musical catalana, François Bou. La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) cuenta con un presupuesto anual de 9 millones euros, que incluye los sueldos de los 96 músicos de la Orquesta y la producción artística. La cantidad destinada a la producción artística se ha incrementado en 300.000 euros pasando de 1,5 millones de euros en la temporada 2011-2012 a 1,8 millones de euros en la temporada 2012-2013, para potenciar las giras.

Además de pasar por Austria, Croacia y Eslovenia, este año la Orquesta también inicia una ruta por el estado, donde estará presente en Madrid y Valladolid. La Generalitat y el Ayuntamiento de la capital catalana han reducido en un 12 por ciento la aportación anual destinada al Auditorio -sede del OBC desde su fundación en 1999- al pasar de 21,6 millones en 2011 a 19,2 millones este año. A pesar de la caída de presupuesto, se ha decidido priorizar su apuesta por la Orquesta al aumentar la partida que destina a la producción artística. "Lógicamente, la situación económica obliga a contener el gasto, pero en ningún caso afecta a la calidad de la programación. Eso es innegociable. Por esto, nos sentimos respaldados tanto por el Ayuntamiento como por la Generalitat, que hacen un gran esfuerzo y apuestan por este proyecto cultural. Al fin y al cabo, la orquesta es una herramienta cultural y de proyección nacional e internacional, que representa al país. Nuestro objetivo es hacer llegar la música clásica al gran público y difundir la obra de los compositores catalanes; ofrecemos una programación equilibrada entre los compositores e intérpretes catalanes y el repertorio más universal", destaca el gerente de la orquesta.

La OBC, actualmente bajo la dirección de Pablo González, ha mantenido una actividad artística continuada en el extranjero, con giras por distintos países de Europa, Asia y Estados Unidos. Estas giras le han permitido actuar en salas de renombre como el Carnegie Hall de Nueva York y tomar parte en festivales como el Proms en el Royal Albert Hall de Londres.

En sus más de 66 años de trayectoria ha programado numerosos estrenos y ha realizado grabaciones discográficas con Decca, EMI, Auvidis, Koch, Claves, Naxos, Telarc y BIS, entre otros, con obras de Montsalvatge, Gerhard, Falla, D'Albert, Albéniz, Donhány, Bartók, Bizet y Rodrigo, con intérpretes destacados del panorama internacional.

"Estamos muy contentos de que la orquesta se encuentre también muy consolidada a nivel social. El público, en general, se siente muy orgulloso de su orquesta. Existe un componente de orgullo nacional, notamos que cada vez hay más empatía con la orquesta, como si se tratara de un gran equipo de fútbol", concluye el responsable de la formación catalana.