Viena. El sonido legendario de la Filarmónica de Viena ha inspirado durante décadas a los amantes de la música, pero no ha conseguido borrar su oscuro pasado bajo el régimen nazi en Austria (1938-45).

Las críticas han arreciado poco antes del célebre Concierto de Año Nuevo, tras las acusaciones del historiador y diputado de Los Verdes, Harald Walser, de que la Filarmónica se resiste a esclarecer por completo su pasado y trata de enmascarar parte de lo sucedido. "Es una vergüenza para la Filarmónica que no haya sido capaz de evaluar de forma consecuente su pasado. Es una historia de silencios, ocultamientos y falsificaciones", explica Walser a Efe. El director de la Filarmónica de Viena, Clemens Hellsberg, considera "injustas" las críticas, y aunque recuerda que su archivo pertenece a una entidad privada, está abierto a los investigadores.

Hellsberg es autor de uno de los libros canónicos sobre la historia de la orquesta, publicado en 1992 con el título de Democracia de reyes, y recibido entonces como un avance para aclarar el papel de los músicos durante el periodo nazi.

Allí se recoge que tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, once miembros judíos de la orquesta fueron expulsados y seis de ellos murieron en campos de exterminio.

Según ese libro, casi la mitad de los 112 filarmónicos estuvieron afiliados al partido nazi. Los músicos estuvieron excluidos del frente y a cambio dieron conciertos propagandísticos en honor al Führer en territorios ocupados por las tropas hitlerianas. Tras la guerra, la orquesta mantuvo a la mayoría de sus cincuenta miembros nazis.

Walser asegura además que la Filarmónica oculta otras partes incómodas de su pasado y no permite el acceso a todos los archivos, por lo que propone una comisión independiente de historiadores que indaguen en su pasado, algo ya rechazado por Hellsberg.

Como ejemplo, Walser sostiene que la Filarmónica entregó una réplica de un anillo de honor al criminal de guerra nazi Baldur von Schirach cuando salió de la cárcel en 1966, algo que no se recoge en el libro del jefe de los filarmónicos.

Hellsberg asegura que, de haberse producido ese episodio, se trató de un "acto individual" y no en nombre de la orquesta.

Para desgracia de la Filarmónica, sólo el ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ), conocido por su ambigüedad con el pasado nazi, ha salido en su defensa. La ministra de Cultura, la socialdemócrata Claudia Schmied, ha pedido que la orquesta afronte sin ambages su pasado. También el reputado ex director de la Ópera de Viena, Ioan Holender, ha criticado a los filarmónicos.

El director del Concierto de Año Nuevo el próximo primero de enero, el austríaco Franz Welser-Möst, declaró: "Curiosamente esto siempre aparece poco antes del Concierto de Año Nuevo, no es la primera vez. Es puro populismo político".