Los Ángeles. Anthony Hopkins es realmente viejo, al menos en la pantalla grande. En la película Noah encarnará al personaje bíblico Matusalén, el abuelo de Noé -interpretado por Russell Crowe-, el fabricante de la famosa arca. Hopkins ya filmó junto al director Darren Aronofsky, pero los fans deberán esperar a 2014 para ver la metamorfosis de este actor, reconocido por sus transformaciones, y que mañana cumple 75 años.

En la cinta Hitchcock Hopkins personificó recientemente a su legendario compatriota Alfred Hitchcock. La similitud es sorprendente: algo pelado, con papada y algunos kilos de más, tal como lucía el cineasta en los años 60, cuando su película de terror Psicosis erizaba la piel a los espectadores. Hopkins sabe de asuntos terroríficos. El psicópata Hannibal Lecter, de The Silence of the Lambs (El silencio de los corderos), le valió el Oscar en 1992 como mejor actor. En el thriller sólo aparece 16 minutos, pero eso alcanza. El duelo entre el caníbal y la agente del FBI Clarice Starling (Jodie Foster) forma parte de la historia del cine.

Pero Sir Anthony Hopkins no parece ningún monstruo. Sus ojos risueños y las miles de arrugas lo hacen parecer más bien un gentleman inglés. Lo que le da credibilidad a sus personajes es su presencia en la pantalla grande, ya sea como Adolf Hitler en The Bunker (1981), como Cuasimodo en El jorobado de Notre Dame (1982), como el presidente estadounidense Richard Nixon en Nixon (1995), de Oliver Stone, o como el Picasso de Surviving Picasso (1996).

En su carrera de más de 40 años Hopkins tuvo cientos de apariciones en el cine y la televisión, e interpretó a muchos grandes personajes mundiales. El rol de abnegado mayordomo de la película dramática The Remains of the Day (1993) es uno de los más importantes de su carrera, junto al de The Silence of the Lambs. El actor volvió a interpretar a este horrorífico personaje en Hannibal (2001) y Red Dragon (2002).

A los 75 Hopkins aún tiene energía. Acaba de filmar la segunda parte de Red con Morgan Freeman y Bruce Willis y al mismo tiempo se transforma nuevamente en Odin, el padre de Thor en la secuela de la cinta sobre el dios del trueno. Ambas se estrenarán a finales de 2013. Con todo, en algo se nota su edad. Al menos hace un año admitió en una entrevista televisiva que aprovecha las pausas en las filmaciones para dormir. "Los días de trabajo son muy largos. Salvo cuando se filma con Woody Allen o Clint Eastwood. A ellos les gusta terminar temprano. Yo creo que es una buena idea". El actor filmó con Woody Allen You Will Meet a Tall Dark Strange (2010), donde interpreta a Alfie, un hombre mayor que entra en pánico ante la posibilidad de su muerte y, tras 40 años de matrimonio, cambia a su mujer por una joven prostituta.

temor e Inseguridad Para el hijo de una familia de panaderos en Gales, el de la actuación fue un camino difícil. A Hopkins, quien con mínimos gestos logra tener una fuerte presencia en la pantalla grande, durante mucho tiempo lo atormentaron el temor y la inseguridad. "Odié la escuela, porque mi cerebro no me acompañaba. Me sentí apartado y aislado", aseguró el actor. "Mi mayor temor era que fuera tonto y nunca pudiera captar nada. Eso siguió pasando hasta que me convertí en adulto", admitió. En la escuela su pasión por la pintura y el piano lo hicieron pasar por una persona rara.

Tras el servicio militar, en 1961 logró ingresar a la renombrada Royal Academy of Dramatic Arts en Londres. En el teatro se ganó la fama de ser un intérprete versátil, pero también era considerado difícil e imprevisible y muchas veces se peleaba con sus directores. Cuando se separó de la actriz Petronella Barker y no pudo ver más a su hija Abigail, aumentaron sus problemas con el alcohol. Solo después de un colapso en 1975, y con ayuda de su segunda mujer, pudo poner fin a su adicción y dejar la bebida.

Entre tanto, Hopkins se casó por tercera vez y desde 2000 también tiene la ciudadanía estadounidense, aunque pudo mantener el pasaporte británico y su título de Sir.