Vitoria. A veces, la noticia es la ausencia de noticia. La esperada comparecencia ayer del nuevo presidente de Caja Vital, Fernando Aránguiz, en la que hasta hace poco era la mesa municipal donde se medía en las lides políticas, finalmente no existió. El que fuera edil del Partido Popular en el Consistorio hizo caso omiso de la petición de Bildu, que buscaba tratar de informar a los grupos municipales de los planes previstos por la entidad bancaria para el inutilizado edificio de Krea, y se justificó mediante un breve mensaje en una política de empresa. De su nueva empresa. "No es norma de la entidad comparecer ante ningún estamento político".

La decisión no provocó ninguna reacción en la concejal del ramo, Encina Serrano, pero sí que levantó -en diversos grados- las críticas de los representantes de la oposición. No parecía responder a una política de transparencia el negarse a una comparecencia, máxime cuando el propio Aránguiz había asistido y apoyado hasta la fecha muchos encuentros del estilo.

Los primeros en cuestionar el hecho fueron los representantes de Bildu, que afirmaban no entender la decisión y la tildaban de "falta de respeto", en palabras del edil Kike Fernandez de Pinedo. "No hay que olvidar que el de Krea es un edificio situado en el municipio y uno de los miembros más influyentes de Caja Vital es el Ayuntamiento", añadió. "No podemos ponernos una venda en los ojos y decir que es un problema de otros".

Fernandez de Pinedo recalcó lo "inaceptable" de la no comparecencia, que no permite abrir brecha en busca de salidas prácticas para este mausoleo vacío de contenido desde hace muchos meses, máxime conociendo que su distribución es polivalente y permite diferentes grados de apertura. "Se hicieron cinco espacios independientes en previsión de la crisis, así que se pueden abrir dos, tres o cuatro de manera independiente", reflexionó, "pero aquí no pasa nada y el Ayuntamiento no dice nada".

Desde el PSE, la edil Maite Berrocal dijo entender, sin embargo, la respuesta de Aránguiz, aunque solicitó información por parte del gobierno municipal sobre "qué se va a hacer con el edificio". El jeltzale Iñaki Prusilla, por su parte, mostró su decepción por la ausencia de Aránguiz ante un Ayuntamiento "que es socio fundador, que nombra consejeros" en la entidad que ahora dirige. Le hubiera gustado al concejal del PNV "que nos hubiese desvelado sus opciones, si está entre sus prioridades" dentro del manejo de cifras reservadas a la Obra Social. En definitiva, "que estas cuestiones se hubiesen desvelado".

Pero no fue así, y Krea continúa sumergiéndose en el limbo de las macroestructuras. Tras suponer un desembolso de 18 millones, ha caído en el colmo del viejo chiste, logrando un deslumbrante vehículo que carece de gasolina y duerme aparcado, alejado de cualquier asomo de actividad. No hay propuestas, no hay posibilidades, no hay reflexión. Simplemente un homenaje al ladrillo, carente de cualquier sombra de espíritu cultural, y que ni siquiera levanta una mínima disposición de debate entre los representantes de Caja Vital.