SI para Goya El sueño de la razón produce monstruos, para varios pacientes del Hospital Psiquiátrico de Álava, el sueño de la creación ha sido capaz de despertar mejoras. Sueño y realidad, porque lo que ha quedado grabado en sus emociones es la posibilidad de nuevos pensamientos, esos que han germinado desde la colaboración del centro hospitalario y Artium en unos talleres que culminan con una muestra en la antesala del museo.

"Hemos conseguido una cosa que no esperábamos". "Eso es para la posteridad". Con unas cajas de cartón y abundante pegamento de empatía, los siete pacientes de la Unidad de Psicosis Refractaria -sufren de esquizofrenia- han construido mucho más que una exposición, abriendo camino desde abstracción y símbolos a soluciones creativas que podrán aplicar a su autonomía, a la capacidad de desenvolverse, a la canalización de emociones en grupo.

Es "un proyecto con bases científicas, no mero recreo", explica el doctor Edorta Elizagárate. Un proyecto con mejoría de intensidad superior a técnicas farmacológicas, que continúa su evolución meses después. Desarrollado en Francia e Inglaterra desde hace más de veinte años, el proyecto llega por primera vez a un museo vasco, con el Reina Sofía como único homólogo a nivel estatal, recuerda el colega de Elizagárate, Jesús Ezcurra.

"Ha habido un compromiso con el proyecto", asegura Susana Talayero a los pacientes, a los reunidos en la puesta de largo de la muestra. La artista y educadora de Artium y la terapeuta ocupacional Julene Orruño han dirigido el taller de arteterapia durante ocho sesiones matinales, lunes tras lunes, culminadas en otro lunes, ayer, que mostraba en las palabras de los artistas algo que iba a más allá de lo meramente recreativo o diagnóstico. Un pequeño nuevo camino.

"Tienen pocos momentos de este estilo". Pocos instantes como el que se cuajaba bajo las escaleras de Artium en un pequeño txoko donde tomaba vida esta actividad terapéutica que se mostrará hasta febrero bajo el título El mágico arte del cartón. Vitoria te quiere. Las cajas convertidas en arte despliegan como trípticos juegos que van mucho más allá de lo estético. Juegos con los que, desde sus manos, estos siete pacientes han comenzado a dibujar nuevos caminos.