Sydney. Tras su polémica llamada al hospital londinense donde estaba ingresada la duquesa Catalina, los locutores australianos de radio hicieron ayer sus primeras declaraciones después de convertirse en el blanco de las críticas y acusaciones por el supuesto suicidio de la enfermera Jacintha Saldanha, la persona que el pasado martes atendió el teléfono. Mel Greig y Michael Christian declararon entre lágrimas que lamentan profundamente la muerte de la enfermera víctima de su broma y que el hecho de que la llamada en la que se hicieron pasar por la reina Isabel II y por el príncipe Carlos hubiera podido contribuir a su fallecimiento les partía el corazón.

En entrevistas a las televisiones Channel 9 y Seven Network, ambos rompieron a llorar mientras pedían perdón a la familia de Saldanha. "He dado vueltas a ello un millón de veces en mi cabeza, todo lo que querría es estar con ellos y abrazarles y decirles que lo siento. Espero que se encuentren bien, de verdad", señaló Greig. "Estamos destrozados, abatidos, desconsolados", indicó Christian. "Solo esperamos que la familia y amigos reciban el amor, el apoyo y el cariño que necesitan", añadió el presentador.

Los dos locutores, que hasta ahora habían evitado comparecer en público, explicaron que han vivido con "angustia" desde que el sábado por la mañana tuvieron conocimiento de la muerte de Saldanha, de 46 años y madre de dos hijos. "Recuerdo que lo primero que me pregunté es, ¿era madre?", rememoró Greig. "Fue la peor llamada de mi vida", agregó. Ambos también quisieron dejar claro que no son los responsables de que la grabación se emitiera durante un programa, ya que es una decisión que no les corresponde a ellos tomar.

Al respecto, Rhys Holleran, el director ejecutivo de Austereo, la sociedad propietaria de la emisora, defendiera la actuación de la emisora en un suceso que calificó como "trágico e inesperado". "Es absolutamente cierto que tratamos de contactar con el hospital en varias ocasiones. Llamamos para hablar sobre lo que habíamos grabado. Intentamos contactarlos en no menos de seis ocasiones", indicó Holleran. El sábado, el propietario de la emisora reiteró que esta no infringió la ley, aunque confirmó que los locutores Greig y Michael permanecerán de baja por tiempo indefinido.

Consecuencias Según Christian, la idea había surgido durante una reunión de la emisora. "Cuando lo pensamos, teníamos claro que como mucho la llamada duraría 30 segundos hasta que el receptor colgara, y ahí se acababa todo". Sin embargo, Saldanha, que en ese momento atendía las llamadas que se realizaban al hospital King Edward VII, puso en contacto a los locutores con la habitación en la que se encontraba la duquesa de Cambridge, y otra enfermera les informó sobre el estado de salud de Catalina, ingresada por fuertes náuseas y vómitos a causa de su embarazo. En los medios se especula con que la muerte de Saldanha, tres días después de la broma, pudo tratarse de un suicidio por vergüenza.

Greig declaró también que las llamadas de broma no son nuevas y que para ellos se trataba de "rutina". Pero, cuando se conoció la muerte de Saldanha, el propietario de la emisora prohibió este tipo de llamadas. Además, varias empresas han retirado su publicidad de la emisora, que ha cancelado el programa en el que se emitió la grabación.

Los restos de Saldanha serán trasladados a Shirva, la ciudad natal de la enfermera, en el sur de la India. Según The times of India, allí tendrá lugar el entierro, aunque debido a la investigación en curso aún no hay fecha concreta. En el curso de estas pesquisas, la Policía Metropolitana de Londres ha contactado con sus colegas australianos. El subcomisario de la Policía Australiana de New South Wales, Nick Kaldas, indicó que no se les ha "notificado que se haya cometido un delito" y que, por el momento, los agentes británicos no les habían pedido nada.