Vitoria. Lo que la compañía inglesa Propeller inició el pasado 4 de octubre toca a su fin. En estos casi dos meses, el Festival Internacional de Teatro de Vitoria ha cumplido una trigésimo séptima edición que hoy echa su telón definitivo. Lo hace desde el escenario que ha estrenado este año como parte de sus equipamientos, el Félix Petite del centro cívico Ibaiondo. Y lo hace con otra novedad con respecto a años precedentes, dedicando esta clausura a las artes escénicas realizadas por personas con algún tipo de discapacidad. Será a las 20.00 horas en unas tablas que todavía tienen entradas disponibles a sólo tres euros.

La compañía Paladio será la encargada de protagonizar este broche al certamen con su espectáculo Ulisea, un montaje en clave de humor que toma como referencia La Odisea y La Ilíada de Homero así como La Eneida de Virgilio.

La obra, dirigida por Patricio J. Liras y cuyo reparto está formado por intérpretes con distintas discapacidades, cuenta la historia de "Homero, pícaro poeta y rapsoda de la antigua Grecia, que se gana la vida mendigando y mal vendiendo poemas, intenta sacar adelante su última creación literaria, la historia de uno de los grandes mitos y héroes de la épica griega: Odiseo, o lo que es lo mismo, Ulises. Pero no siempre es el autor el que decide y manda sobre el destino de los personajes y situaciones de su obra, sino que, más bien por el contrario, Homero comprueba angustiado como las musas favorecen, en ocasiones, el libre albedrío de sus personajes".

De que todo eso suceda, de que el escenario cobre vida se encargará una de las pocas compañías de teatro profesional de todo el mundo formada por personas con capacidades diferentes, una agrupación que lleva 16 años en funcionamiento, girando con sus creaciones también por escenarios de países como Francia y Portugal.

Al terminar la representación, que está propiciada por las asociaciones alavesas Zuzenak y Talur, se producirá un encuentro con el público moderado por Mikel Arrikagoitia.