Madrid. Después de una dilatada carrera plagada de éxitos, la actriz española Ángela Molina se marca como nuevo reto dirigir la que sería su primera película, un proyecto en el que ya trabaja pero al que falta un pilar fundamental: la financiación. "Dirigir es ahora lo que me resulta más atractivo porque me encanta esa relación cuerpo a cuerpo con la historia, y siendo actriz me llama esa posibilidad de compartir con otro actor, pero de otra manera, en otro plano", explicó Molina en Lisboa, donde promociona la cinta de Pablo Berger Blancanieves.

Cantante, bailarina, actriz e incluso guionista, pretende ampliar este carácter polifacético con su estreno como cineasta, una idea que acariciaba desde hace varios años pero para la que le faltaba "encontrar una historia" que finalmente apareció. "Se llamará Escrita en azul, es muy romántica y ahora mismo estamos centrados en buscar la productora. Es un proyecto en el que estamos trabajando, que no está parado, y tengo la esperanza de conseguir sacarlo adelante", subrayó. ¿Y qué le falta para convertir este nuevo reto en realidad? "El dinero", respondió sin ambages la artista, que lleva más de 40 años detrás de la cámara y encima de los escenarios.

Precisamente la falta de la financiación con motivo de la crisis se palpa ya en el mundo cinematográfico español, cuya principal consecuencia es la reducción más que notable del número de rodajes en marcha. La actriz, de 57 años, reconoció la dificultad de encontrar fondos en un momento crítico como el actual. "Hacer una película ahora mismo es tan difícil como llevar un elefante en brazos", comentó no sin sarcasmo la madrileña, quien resaltó, sin embargo, el gran nivel de las producciones nacionales.

Preguntada sobre unas declaraciones suyas hace tres años en las que alertaba de que el cine español estaba "dejando de existir", la artista no dudó en replicar: "Pues ha resucitado muy bien...".