Madrid. El cineasta y escritor José Luis Borau, Premio Nacional de Cinematografía, académico de Bellas Artes y de la Lengua y expresidente de la Academia Española de Cine y de la SGAE, falleció ayer por la tarde en Madrid a los 83 años, tras una larga lucha contra un cáncer de garganta. El realizador será enterrado hoy, a las 14 horas, en la Sacramental de San Justo de Madrid

Nacido el 8 de agosto de 1929 en Zaragoza, José Luis Borau era director, productor y distribuidor de cine y responsable de clásicos de la cinematografía española como Tata mía, Furtivos o Hay que matar a B, pero además cultivó las facetas de profesor, escritor e historiador. Su firma, bien como productor o guionista, figura en cintas imprescindibles como Un, dos, tres, al escondite inglés, de Iván Zulueta; Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán; Camada negra, de Manuel Gutiérrez Aragón; o El monosabio, de Ray Rivas.

Borau hizo la carrera de Derecho en Zaragoza y Madrid y se licenció en 1954, cuando ya escribía sobre cine en el diario El heraldo de Aragón. Tras ganar unas oposiciones a funcionario público del Ministerio de la Vivienda, se graduó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Después enseñó guión en la escuela Oficial de Cine de Madrid y dirección en la Universidad de Valladolid, donde tuvo como discípulos a Manuel Gutiérrez Aragón, Pilar Miró o Iván Zulueta, y debutó como director de cine, por encargo, con Brandy (1963) y Crimen de doble filo (1964).

En 1967 creó su propia productora, El Imán, y durante unos años alternó el rodaje de anuncios publicitarios con la producción de películas ajenas, como Un, dos, tres al escondite inglés, que pese a dirigirla Iván Zulueta, la firmó Borau por problemas sindicales, o Mi querida señorita (1972), de Jaime de Armiñán. En 1977 produjo Camada negra, de Gutiérrez Aragón, y al año siguiente El monosabio, de Ray Rivas. Borau colaboró en el guión de ambas cintas. Tras una etapa de inactividad como realizador, volvió a la dirección en 1973 con la película Hay que matar a B. De su etapa como director destacan los largometrajes Furtivos (1975), Concha de Oro del Festival de San Sebastián; La sabina (1979), protagonizada por Ángela Molina; la cinta rodada en EEUU Río abajo (1984); o Tata mía (1986), con Carmen Maura, Alfredo Ladna, Marisa Paredes e Imperio Argentina. Tras una nueva pausa como realizador escribió el estudio El caballero d' Arrast (1990), sobre el director Harry d'Abbadie. En 1992 realizó para TVE la serie Celia, basada en los cuentos de Elena Fortún.

José Luis Borau estuvo al frente de la Academia Española de Cine entre el 30 de octubre de 1994 y el 29 de noviembre de 1998, año en que le sustituyó Aitana Sánchez Gijón.

En 1996 regresó a la dirección fílmica con Niño de nadie, intervino como actor en la película de Sergio Cabrera Illona llega con la lluvia, y coordinó la antología Cuentos de cine que, con motivo del centenario del cine español, recogió los textos sobre cine de 38 escritores españoles y latinoamericanos. Tres años después impulsó el libro Cuentos sin cámara, 15 narraciones de cineastas como Almodóvar, Amenábar, Santiago Segura, Gutiérrez Aragón o él mismo. En 2000 recibió la Medalla de Oro de la Academia Española de Cine, editó la primera biografía publicada sobre Samuel Bronston (El imperio Bronston) y estrenó su película Leo, protagonizada por Iciar Bollaín y premio Goya al mejor director.

Reconocimientos El 23 de abril de 2001 fue elegido miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y en 2002 retomó la producción cinematográfica con El verano de Anna, de la directora argentina Jeanine Meerapfel, y obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía.

También es académico de la Lengua, cargo para el que fue elegido el 27 de marzo de 2008, a fin de cubrir la vacante de Fernando Fernán Gómez. Entre los galardones recibidos a lo largo de su carrera, figuran el Premio al Cine y los Valores Sociales (2007); la Medalla de Oro Egeda de los Premios José María Forqué (2008); el Giraldillo de Honor del Sevilla Festival de Cine Europeo (2008), el Premio Letras Aragonesas por su renovación de la narrativa cinematográfica (2009), y el Premio a la Cinematografía de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2010).

Borau impulsó en 2008 la Fundación de apoyo a la cinematografía que lleva su nombre y fue consejero de la SGAE, cuya Junta Directiva presidió entre 2007 y 2011.