Madrid. El debutante Jorge Torregrossa ha decidido empezar su carrera como cineasta por el final, no solo porque Fin se llama su primera película, sino porque ha convencido a rostros tan consagrados como Maribel Verdú, Clara Lago o el modelo Andrés Velencoso para pasar mucho miedo en pleno apocalipsis.

El cartel ya avisa: "No quedará nadie", así que ese Fin de la película ya no será sorprendente, porque lo que le ha importado a Torregrossa, nacido en Alicante y formado en Estados Unidos (lo que se refleja en la factura técnica del filme), es rellenar las claves del género de terror con píldoras de emociones.

"Esta película utiliza el género como método para contar otras cosas. Ese era el regalo de la novela, ocho grandes personajes, y queríamos una película en la que el espectador participara activamente", explicó el realizador en la rueda de prensa de presentación de Fin.

Efectivamente, en la base literaria, escrita por David Monteagudo, se planteaban ocho personajes con distintos conflictos vitales: fracasos profesionales, crisis de identidad, rencillas del pasado o amores no superados, entre otras cosas que acaban cobrando más importancia que el propio fin del mundo. Así, sobre las bases del slasher (terror adolescente americano) al estilo Viernes 13, Fin sube la edad de los protagonistas, cambia el camping por la casa rural, la revolución hormonal por la crisis de madurez y al psicópata de turno por una fuerza desconocida.

Apoyada en las dotes interpretativas de Maribel Verdú, Clara Lago, Daneil Grao, Carmen Ruiz, Antonio Garrido y Andrés Velencoso, el otro debutante, después de su exitosa carrera como modelo para Chanel, Vuitton o Gaultier, Fin fue una auténtica reunión de amigos, en la que el director les obligó a convivir las semanas anteriores al rodaje para darles las claves de los personajes.

"Nos llevábamos tan bien que luego me costaba ser borde y gritarles a los demás. Había demasiado buen ambiente", aseguró Verdú, quien también mencionó el protagonismo de los animales en la cinta. "El buitre es el que mejor se portó. Era una estrella", bromeaba, haciendo referencia a los perros, cabras e incluso leones que aparecen en la pantalla.

Siendo una enigmática naturaleza lo que genera sensación de amenaza apocalíptica, el rodaje de Fin fue agradable en lo humano pero complicado en el procedimiento.

"Es una película muy física, con picaduras de insectos, temperaturas extremas...", explicó Daniel Grao, el personaje más atormentado de todos, quien considera que es ese entorno el que "pone contra las cuerdas a los personajes".

Para asegurar el poso de profundidad, la película tiene el aval no solo de la novela, sino de dos cotizados guionistas, Sergio G. Sánchez, autor del guión de Lo imposible, y Jorge Guerricaechevarría, responsable de los mejores guiones de Álex de la Iglesia y del éxito Celda 211.