MADRID. La actriz y modelo Inés Sastre, portada del número de diciembre de Vanity Fair, desde ayer en los quioscos, confiesa a esta revista que necesita a un hombre que le lleve "con mano izquierda". "Mi novio actual es divino. Esperemos que sea él", dice. A sus 39 años y tras dos décadas dedicada al mundo de la moda y como actriz de directores de culto, Inés Sastre es madre de un niño de seis años y divorciada, y se confiesa preparada para volver al ojo público y al cine. Una antigua mansión parisina cuyas paredes rezuman lujo y abandono es el escenario del reportaje fotográfico en el que Sastre descubre ante esta revista algunos detalles de su vida, marcada por los desengaños amorosos, su éxito profesional y la separación de sus padres. Aunque no sabe qué cualidades debe reunir una persona para ser su pareja, admite que debe ser alguien con quien pueda aprender. "Llevo muchos años dirigiendo mi vida", pero "hay cosas que necesito aprender", cuenta.

Sastre relata algunos de los motivos que llevaron al fracaso matrimonial con el empresario italiano Alex Corrías, con quien mantiene "una buena relación", según dice. Aunque también admite que hubiera preferido educar a su hijo en pareja: "Por supuesto que me hubiese gustado no estar sola. Creo que mi exmarido aprenderá a ser un padre por el bien del niño, porque es lo más precioso". Sastre, que confiesa no tener recuerdos de su infancia: "En alguna parte deben de estar, pero empiezo a recordar desde que existí de una manera pública", asegura.

Esos y algunos detalles íntimos del divorcio de sus padres, Candelas Moretón y Eduardo Sastre, del cual les informaron a su hermana y a ella las monjas del centro donde estudió, son sus primeras imágenes en el recuerdo. Ocurrió poco antes de iniciar su carrera como actriz y modelo. Precisamente por esa experiencia reconoce que, si su hijo Diego le dice que se quiere ir a vivir con su padre, ella le animará. "Yo no tuve la posibilidad, pero si él quiere que lo haga", asegura. La actriz, a la que se le atribuyen muchas relaciones sentimentales, reconoce que esa constante difusión mediática es algo que le da "exactamente igual". Su amigo íntimo, el gestor Felipe Rein Gómez-Acebo, habla de ella y sus noviazgos y dice que el aventurero inglés Giles Thornton, asesinado en Kenya, fue uno de los grandes amores de Inés, pero que el papel de sufridora es algo que no va con su personalidad.