MADRID. La crítica ha situado a Bardem como uno de los mejores villanos de las películas del famoso agente 007, su "primer monstruo" de película, según ha destacado el actor, aunque él prefiere atribuir el mérito al "trabajo" de un equipo con una "gran calidad humana y profesional". "Es muy difícil llegar a un lugar donde hay una familia construida y hacer un papel pequeño. Para eso necesitas calor y cariño", ha dicho.

Para el actor, no hay duda de quiénes son los villanos de hoy: "Quienes rescatan a los bancos en vez de a las personas y los que hacen que los bancos no piensen sinceramente lo que significa un desahucio para tantas personas".

Esos villanos "son reales", mientras que el suyo "es de ficción y forma parte del ocio y el entretenimiento", afirmó convencido Bardem, entre los aplausos de los periodistas asistentes. "Evidentemente ellos pueden hacer más daño del que puedo hacer yo en esta película, desgraciadamente", ha lamentado.

A pesar de la magnitud del proyecto, afirma que lo que sentía todos los días durante el rodaje era que formaba parte de "una película independiente de bajo presupuesto". Esto se debe a la "libertad extraordinaria" con la que construyeron las escenas, los diálogos y los personajes, ha explicado.

De hecho, en su caso el actor se sometió a un gran cambio de aspecto: su pelo es más largo y rubio. Tanto esa peluca --un "daño colateral", según bromea el intérprete-- como su peculiar vestuario debía "tener sentido" y no ser "gratuito". "Buscamos un look incómodo de mirar" para alguien que coloca al protagonista en una situación complicada.

En este sentido, Sam Mendes ha señalado que Bardem estaba "lleno de ideas" respecto al villano al que interpreta. Muchas parecía que podrían no salir adelante, pero, afirma el director, incluso a pesar de situarse en el "extremo", "cuando miró a cámara y vimos la apariencia final descubrimos que había funcionado".

Desde su estreno, la 23º entrega de James Bond, en cuyo reparto también aparecen Ralph Fiennes y Judi Dench, ya ha recaudado 77,7 millones de dólares (más de 60 millones de euros), unos datos satisfactorios para el equipo, ya que aún no se ha estrenado en Estados Unidos. En palabras de Mendes, "esta película ha recaudado más en un día de lo que ha recaudado su último proyecto".