Donostia. Ante el vacío en el terreno de la investigación bibliográfica que venía detectando en Euskadi el inquieto investigador, bibliógrafo, director del Photomuseum y creador de Gerediaga (Durango), Leopoldo Zugaza, hace un año puso en marcha el Instituto Bibliográfico Manuel de Larramendi, el cual promueve un Congreso sobre Bibliografía que verá su segunda edición los días 12 y 13 de este mes en la idónea biblioteca del Convento Franciscano de Zarautz. Tras un año de andadura, 12 números editados de la revista De re bibliographica y varias publicaciones dirigidas a recuperar autores y textos, en este momento bibliógrafos y bibliófilos pueden congratularse por contar con la constitución de una asociación que ampara el Instituto y nuevos e importantes contenidos.

Así, entre los ponentes de la actual edición se cuentan prestigiosos expertos en biblioteconomía y hemerotecas, muchos de ellos participantes en el encuentro de 2011, que han acometido "con cariño" este proyecto, realizando "trabajos que llevan mucho tiempo y esfuerzo", valora Zugaza, alma mater de esta y otras iniciativas culturales con epicentro en el País Vasco. Incombustible y curioso lector, a sus 80 años y una gran lucidez y energía, Leopoldo se muestra "muy contento" con el feed-back del sector editorial, si bien mantiene que "en el mundo cultural aquí aún estamos en tierra de misiones", lo cual se refleja en la baja cantidad de suscriptores a De re bibliographica, en torno a un centenar actualmente, con ausencias llamativas, como las de "algunas universidades". A pesar de costar sólo 6 euros...

El equipo de Zugaza está trabajando concienzudamente desde el Instituto, reuniendo espléndidos contenidos, ahora ampliados con publicaciones periódicas vascas y los índices onomásticos de los escritos en el exilio en los años 1945-47. La recuperación de autores y textos se materializa en la colección Addenda, cuyo tercer número será emitido con la colaboración de la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid (que partió de la colección de Francisco Beltrán) y coincidirá con la celebración del congreso.

mirando a la formación Manuel de Larramendi persigue varios objetivos, como la labor divulgativa a través de De re bibliographica. Una segunda rama del trabajo de estos afanados estudiosos sería la correspondiente a la investigación, en cuanto a la citada recuperación de autores y textos y de cara al Congreso anual en Zarautz. En cuanto al tercer capítulo, el formativo, Leopoldo Zugaza muestra mucho interés en que se desarrolle "una enseñanza reglada, al margen de publicaciones y congresos", pero aún no han logrado que ese anhelo, compartido por las personas consultadas por este periódico, cristalice del todo.

Y es que no son buenos tiempos para la lírica y, aunque en el Estado hay más de 100 revistas bibliográficas, este año el Congreso se concentrará en dos intensas jornadas y será gratuito, para hacerlo más asequible a los participantes. De hecho, en el Instituto están tirando más de vocación que de medios económicos, y no pocos amantes de los libros se han sorprendido de que "un particular haga una cosa que tendría que ser oficial", relata Zugaza, añadiendo que "alguien lo tenía que hacer".

Así lo observa el doctor en Historia y responsable de la Hemeroteca Uzturre y de la Biblioteca del Archivo del Nacionalismo de Sabino Arana Fundazioa, Luis de Guezala, quien repite ponencia, en esta ocasión, y atendiendo al tema que protagoniza la cita, Publicaciones periódicas, sobre las primeras del Nacionalismo Vasco (hasta 1937), con el título Patria de papel. Para Luis este es "un marco estupendo para poder coincidir profesionales de bibliotecas y hemerotecas, muy positivo e interesante". Miren Barandiaran, de Lazkaoko Beneditarren Fundazioa, ha proseguido esa investigación abarcando el periodo 1939-75. "No hay suficientes debates sobre bibliografía, habría que hacer una labor más pedagógica. Que las bibliotecas no sean aularios llenos de apuntes: que se aproveche el material", coincide con Zugaza. En el caso del veterano y agudo editor Enrique Murillo, rememora cuando estudió en Inglaterra la literatura del siglo XIX: "Gracias a la Biblioteca del Museo Británico, la mejor tras las de Oxford y Cambridge, pude realizar mi tesis". Enrique insiste en que "una cosa tan primitiva como el papel permite pensar de una forma razonada y sensata". Y es que, sentencia, "el libro es el instrumento tecnológico perfecto para pensar. Y no tiene fronteras".

El laureado escritor Kirmen Uribe, "admirador de Leopoldo, erudito, trabajador y de buen corazón", dice inspirarse más ante un libro impreso, donde "escuchar las voces de gente que ahora no está", y estima que "dentro de unos años se perderá mucha información por la vida digital, pero habrá auténticos tesoros de papel". Kirmen, como su colega Toti Martínez de Lezea, acostumbran a bucear en bibliotecas para preparar sus documentadas obras.

Zugaza incide en que "lo ideal sería una respuesta del mundo universitario. Que el alumnado tenga acceso a los trabajos bibliográficos, buscar las fuentes es el primer paso". El librero de antiguo Javier Madariaga, fiel suscriptor a De re..., muestra su alegría pues "se está consolidando esta iniciativa", y porque este congreso "pone en valor" la labor de las hemerotecas y "la difícil conservación de los impresos periódicos". Y también aspira a que se "fomenten los trabajos de investigación".