Pamplona. Cuando apenas resta un día para que abandonen Zugarramurdi para continuar el rodaje en Madrid, el equipo de Las brujas de Zugarramurdi se mostró ayer muy agradecido por el apoyo que les ha brindado la localidad navarra, así como otras poblaciones del entorno, y gratamente sorprendido e impresionado por la entrega total con la que han trabajado los cientos de extras en las difíciles escenas que se han grabado en las cuevas y los alrededores. "Nunca en ningún rodaje me he sentido tan arropado, tan a gusto, tan querido, tan comprendido y tan apoyado", explicó ayer Álex de la Iglesia a los medios de comunicación en una comparecencia previa a la filmación nocturna en la emblemática gruta.
De la Iglesia compareció en el Museo de las Brujas de Zugarramurdi respaldado por todo el elenco de la película, encabezado por Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang, Hugo Silva y Mario Casas y secundados por Macarena Gómez, Enrique Villén, Pepón Nieto, Secun de la Rosa, Jaime Ordóñez y Javier Botet. Tal y como señaló ayer Ainhoa Aguirre, directora del museo, desde el pasado 1 de octubre, actores, técnicos, vecinos y turistas han convivido en armonía "y desde aquí hemos intentando suplir las carencias y dificultades de vuestro trabajo en el medio rural", con el deseo de que todo salga bien. De la Iglesia correspondió afirmando que, aunque ayer le faltaban dos días para finalizar "una de las secuencias más complejas en las que me he visto metido en mi vida", durante este tiempo se ha sentido como en casa.
No es que Las brujas de Zugarramurdi sea una película de época; nada de eso, más bien es una "comedia desmadrada, desaforada, exagerada, loca", de unos pobres diablos que "se ven envueltos en una maldición grotesca". La de una brujas que no tienen que ver con las que fueron juzgadas en el Auto de Fe de 1610, aunque el realizador bilbaíno señaló conocer bien el proceso inquisitorial, "de hecho me lo he leído". No en vano, pese a que esta es una historia inventada, "me apetecía mucho que tuviera una raigambre real y por eso hay elementos auténticos", como el personaje de Carmen Maura, que se llama Graciana Barrenetxea, igual que la auténtica, a la que en el siglo XVII declararon reina del Akelarre y que murió en la cárcel de Logroño. "Aquellas mujeres que juzgó la Inquisición no eran terribles ni malas, sino que tenían una religión antiquísima, preindoeuropea, que de alguna manera suponían la oposición al pensamiento que se trataba de imponer a todo el mundo, cuando ellas solo querían mantener sus tradiciones; algo que todos en Euskadi conocemos y comprendemos", agregó el director, que dijo compartir con su coguionista, el medio alavés Jorge Gerrikaetxebarria, una gran afición por la etnografía y mitología vascas.
Respecto al trabajo, de la Iglesia volvió a su tono sarcástico para afirmar que el equipo de producción "está dando su vida por mi infinita soberbia, ya que ésta es una película que necesitaría dos unidades y quince semanas de rodaje y debería costar lo que cuesta una americana, pero no nos quejamos".
Así las cosas, el equipo abandonará Zugarramurdi mañana y continuará el rodaje en Madrid hasta diciembre. Después llegará la pos producción, "que será muy complicada", y para abril o mayo de 2013 la película estará acabada. A De la Iglesia le gustaría haber rodado algo en euskera, pero "las condiciones de producción lo desestimaron", y, además, "de hacerlo, mejor hacerlo bien, si no, es mejor dejarlo".