Vitoria. El arte no es ajeno a las situaciones de conflicto. Todo lo contrario. No puede serlo puesto que en su ADN está el choque, el combate, la lucha. Y la creatividad aplicada a la resolución de los enfrentamientos que, por desgracia, pueblan el mundo es el lugar donde el grupo de teatro alavés Porpol ha puesto su mirada para construir un proyecto que, después de muchos esfuerzos, empieza hoy a convertirse, por así decirlo, en una realidad física (en la virtual lleva ya un tiempo en funcionamiento). Bakea Sormena ofrece a lo largo de las 12 próximas semanas un punto de unión entre una docena de experiencias culturales producidas en distintos países en torno a diferentes situaciones violentas y creadores locales de varias disciplinas como el teatro, la performance, la literatura, la escultura...
Y todo ello en un espacio singular, escogido con todo el propósito posible, un lugar invisible a los ojos de sus vecinos y el resto de ciudadanos que tiene a partir de ahora una vida que a buen seguro nunca imaginó y que se irá transformando a lo largo de estas semanas. Y es que las cocheras del Palacio Escoriaza-Esquivel, recuperadas para la ocasión, también serán protagonistas de una iniciativa que poseerá otro tentáculo más largo e infinito en el tiempo a través de Internet.
De lo genérico a lo singular. Porque Bakea Sormena construye sus primeros pasos ante el público hoy y el sábado a las 20.00 horas (el acceso es gratuito). Lo hace para acercarse a la compañía inglesa Conflict Relief, un grupo compuesto por árabes y judíos que suele servirse de la comedia para mirar a lo que sucede en Oriente Medio tanto a través de sus creaciones escénicas como organizando talleres y seminarios.
Pero esa mirada a su labor no se traduce en una conferencia explicativa, o en una exposición didáctica, o... No, la intención de Bakea Sormena pasa, tanto en ésta como en las otras once citas del proyecto, por vincular creación con creación, es decir, por hacer visible lo de fuera gracias a la lectura artística producida aquí. El primer testigo lo toma la bailarina, coreógrafa y cofundadora del espacio de creación Azala (situado en Lasierra) Idoia Zabaleta, encargada de ser el puente entre el público y Conflict Relief. "He trabajado en Líbano pero no puedo ocultar que siento cierto rubor a la hora de ponerme a trabajar sobre un conflicto que es un tanto ajeno", explica.
Su punto de partida se encuentra en una serie de e-mail que David Alkorta, coordinador de Bakea Sormena, y la compañía inglesa intercambiaron sobre cómo fue el proceso de encuentro de sus fundadores, tanto en lo personal como en lo artístico. A partir de ahí, Zabaleta ha ido más allá de las palabras para idear "un ejercicio, no una performance o una pieza como tal" en el que "agujerear la proyección que tenemos del otro", traspasar, de manera real y conceptual, la imagen que tomará una pared.
"La verdad es que siento cierta responsabilidad al ser la primera en abrir el proyecto", confiesa Zabaleta, a pesar de contar con una larga trayectoria. "Como artista me parece una propuesta muy interesante aunque no trate una temática precisamente fácil; y como ciudadana es algo que recibo con mucha ilusión y más viendo lo que está sucediendo con la cultura en Gasteiz". Además, la intérprete destaca la importancia del espacio elegido y el papel que éste va a tener a lo largo de las doce próximas semanas, cómo se va a ir transformando.
Junto a ella, el público estrenará hoy un Bakea Sormena que cuenta con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y que se enmarca dentro del Año de las culturas por la Paz y la Libertad.