Madrid. "The Artist nos abrió las puertas", dijo ayer el director bilibano Pablo Berger, nada más conocer la noticia de que su película Blancanieves, rodada en blanco y negro y sin diálogos al igual que la premiada cinta francesa, será la que represente al final a España en los próximos Oscar. "Flotando" y con ganas de ir a por todas, así definió Berger cómo se hallaba, después de conocer la decisión de la Academia de Cine española. La película se ha impuesto a las cintas El artista y la modelo, de Fernando Trueba, y Grupo 7, de Alberto Rodríguez, en una votación realizada "mayoritariamente 'online'" por los académicos españoles.

Su selección supone un hito más en el largo camino recorrido desde que hace ocho años se empecinó en sacar adelante "una gran locura", una Blancanieves a la torera, muda y en blanco y negro, con la que ningún productor se atrevió hasta que su amigo Ibon Cormenzana le dio la oportunidad.

Berger dejó claro en rueda de prensa que ve el vaso "medio lleno", al ser preguntado sobre si el éxito de una cinta muda y en blanco y negro en la pasada edición de los galardones estadounidenses beneficia o lastra a Blancanieves. "Yo lo comparo con la carrera a la luna entre los americanos y los rusos. Nos han ganado la carrera los franceses, pero nos han abierto las puertas. Si The Artist hubiera sido un fracaso, posiblemente Blancanieves se estrenaría en tres salas y no en 74", explicó.

Ocho años Para el director bilbaíno, "el cine tiene que ser riesgo, salto al vacío, caminar sobre la cuerda floja, porque si no, no tiene interés" para un público "al que no hay que menospreciar" y que "siempre pide algo diferente, que le sorprendan". El autor de Torremolinos 73 ha tardado ocho años en volver a dirigir un filme que nació antes de que la oscarizada The Artist. Ahora Berger ve "muchísimas" posibilidades de que la película sea una de las cinco seleccionadas por la Academia de Cine de Estados Unidos de entre los casi 200 títulos de cinco continentes que se postulan para competir por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. "Llevo ocho años con este proyecto. Si yo no transmito energía positiva a un equipo de 300 personas...", señaló el director, para quien "la carrera hacia los Oscar es como las olimpiadas" y ahora toca entrenar.

De momento, el equipo de Blancanieves no tiene ninguna intención de quedarse sentado a esperar. La maquinaria ya se ha puesto en marcha, y su equipo de publicistas en Estados Unidos ha empezado a trabajar, "a gritar 'pasen y vean la Blancanieves que hemos hecho'". "La tienen que ver los académicos para poder votarla", insistió el cineasta sobre una cinta que fue ovacionada a principios de este mes en el Festival de Toronto y que compite estos días por la Concha de Oro de Donostia. Su director también asumió la responsabilidad y el orgullo de que Blancanieves no sólo compita por el Oscar, sino que, más allá, represente a la industria española del cine, una industria que afronta momentos duros por los recortes económicos provocados por la crisis. "Desde que empecé a hacer cine estamos en crisis. Decir en los 80 a tus padres que quería ser director de cine era una crisis. Todo ha sido una crisis en mi carrera. Los que trabajamos en esto estamos acostumbrados a la batalla y de alguna manera la crisis nos hace más grandes", argumentó.