Donostia. Susan Sarandon conversa de forma distendida con el intérprete. Mientras responde, toma pequeños sorbos de una bebida refrescante.

Últimamente han surgido películas centradas en la crisis como 'Margin Call' o 'Inside Job'. ¿Cree que este tipo de filmes ayudan a cambiar la visión que Estados Unidos tiene de la crisis?

No sé si en ellas hay suficiente información para entender cómo funciona el mundo financiero, pero creo que un buen filme puede suscitar el diálogo y la discusión de la gente. Representan más una oportunidad de debatir sobre temas como moralidad y familia. Además, en los Estados Unidos no hay suficientes películas para la gente adulta.

En 'Arbitrage', los personajes sacrifican parte de su humanidad por el dinero. ¿Hollywood ha sacrificado también el talento por el dinero?

Hollywood nunca ha tenido mucho de político y de moral. Los dueños de los grandes estudios han sido siempre banqueros, y la mayor parte de las veces no buscan al mejor actor o guionista. Eso no ha cambiado mucho pero si somos justos con el negocio de Hollywood, también hay que decir que es muy difícil hacer una buena película. Puedes tener un guión fenomenal y arruinarlo porque falla la música o algún actor. Y luego está el problema de la distribución.

¿A qué se refiere?

Las grandes superproducciones y las secuelas venden en todos los países. Las de poco presupuesto, sin embargo, lo tienen difícil. Por eso es tan importante el papel de los festivales de cine, en los que si una película con poco presupuesto triunfa o recibe buenas críticas, resulta más fácil venderla en países de todo el mundo. El problema es que los ejecutivos de los estudios viven siempre con el miedo de ser despedidos, y eso les lleva a no arriesgar por temor a perder el empleo.

¿Le han perjudicado sus opiniones políticas a la hora de ser contratada por los grandes estudios de Hollywood? ¿Le preocupa?

Eso sería como preocuparse de que alguien te vea la ropa interior cuando estás huyendo de un edificio en llamas: hay que ser honesto con uno mismo. Por otro lado, a Hollywood tampoco le importa demasiado qué haces o dices si tu película se ve y gana dinero. Más que las opiniones, les preocupa que engordes o te pongas fea.

Clint Eastwood apoyó públicamente a Mitt Romney. ¿Tiene ya su voto decidido?

Voy a votar a Obama porque creo que debo tener el control sobre mi propio cuerpo, porque pienso que él gastará mis impuestos de manera más adecuada, y porque está más cerca de mis opiniones.