Vitoria. Invitan "a pasarlo mal", pero el terror que proponen se suda con risas. Una carpa negra aparcará en breve en el recinto de Mendizabala, y no tiene nada que ver con el tradicional uniforme cromático del Azkena Rock Festival. Se trata del Circo de los horrores, que de la mano municipal aparca su espectáculo en Gasteiz desde el día 21 hasta el 30, con descuentos para el público que acredite su condición de gasteiztarra.
"Si alguien espera litros de sangre, muñones y vísceras lo siento", asegura Suso Silva, director artístico del espectáculo. Lo que se propone es una mezcolanza de teatro, circo y cabaret que juega "con la poética del temor", bebiendo de aquellas cintas del cine primigenio, desde El gabinete del doctor Caligari hasta La momia, hasta de referentes literarios como pueden ser las novelas y cuentos de Allan Poe y Lovecraft.
De hecho será un Nosferatu al más puro estilo Murnau el que ejerza de maestro de ceremonias de las funciones, abriendo paso a un elenco en el que se darán cita desde cuatro jóvenes llegadas desde Mongolia y convertidas en "niñas poseídas que van a romper y desmembrar su cuerpo en mil pedazos" hasta acróbatas-zombies provenientes de Kenia. Las almas perdidas, la vampira Devora, la monja carnicera, la viuda negra, la esposa muerta, el clérigo baboso, el mayordomo sin cabeza... Hasta cuarenta artistas componen un equipo que mueve hasta cuarenta trailers y que, ahora mismo, apura sus últimas jornadas en la vecina Donostia.
No hay horror, aunque este circo "contemporáneo, actual y fresco" se vista de él para llegar a un público que, tradicionalmente -ya llevan dos años de exitosa gira-, tiene un perfil más o menos marcado. "El target es un público joven", reconoce Silva de un show que hay que ver, escuchar y oler. "Aunque es muy impactante es un espectáculo muy divertido, con un humor muy fresquito, muy actual, muy de ahora; es único en su género, y tal es la innovación que ha nacido una secuela, el Manicomio, pero esa es otra peli que ya os contaremos".
Por ahora, la que se contará será "la historia de cómo Nosferatu llegó a ser quien es", la historia de todos estos habitantes de parada monstruosa, incluido Grimo, el payaso asesino, que ofrecerá un concierto para todas las orejas, pero no para todos los oídos.
El boca a boca suele funcionar como método de transmisión de este horror mainstream, pero pronto cartelería y la misma carpa negra que se desplegará en Mendizabala ejercerán como reclamo en busca del espectador vitoriano. Un espectador que, de acreditar su condición de nacido en la capital alavesa, contará con un 20% de descuento en su entrada, que oscila desde los 15 hasta los 35 euros.
Hasta setecientas localidades contarán la historia a diario, desde el viernes 21 hasta el domingo 30. Miércoles y jueves el horario será de 20.30, los domingos de 20.00 y viernes y sábados firmarán un doblete, a las 19.00 y a las 22.00. Los tickets podrán obtenerse en taquilla, a través de Ticketmaster y accediendo a la página web del proyecto, www.circodeloshorrores.com.
La entrada no sólo dará acceso al espectáculo, sino que también abrirá a un mundo interactivo en el que el horror -divertido- se acercará hasta las butacas. "Hay que vigilar mucho la espalda", avisa Silva. Cuchillos y jaulas podrán cruzarse en el camino del espectador, aunque "no es nada personal con la gente de Vitoria", bromea el director artístico.
La carpa negra esconde un antiguo cementerio que viaja de ciudad en ciudad y que "a veces, capta a los freaks de cada ciudad" para su causa. "Es un antes y un después en el mundo del circo", opina Rafael González, productor de este Circo de los horrores que ya comienza a cercar Gasteiz en busca de su público. Mendizabala no descansa apenas durante todo el año, y en esta ocasión los que no descansan serán los encargados de intentar matar al gasteiztarra... De risa.