MADRID. Boadella ha calificado este "traspaso" de "agradable y satisfactorio" pues lo hace "a una persona más joven, con más talento y con una experiencia de treinta años", ha dicho en referencia a Fontseré. Para la "transición de la nave", el fundador de Joglars se ha ocupado de hacer la dramaturgia de la citada obra de Miguel de Cervantes, recordando que no es la primera incursión de la compañía en los clásicos.
Boadella ha declarado después de este acto que su despedida ha sido "muy razonada" y que ha considerado que éste era "el momento" para realizarla, si bien hace ya dos años que anunció a la compañía la necesidad de esta transición.
UNA "SOMBRA MOLESTA"
El también director de los Teatros del Canal ha señalado que, a partir de ahora, seguirá vinculado a Joglars "de la manera que Fontseré quiera" aunque a él le gustaría convertirse en "una sombra molesta", en el mejor de los sentidos.
Asimismo, Boadella ha descartado que esta decisión haya tenido que ver con un exceso de trabajo como actual responsable de los Teatros del Canal. "Hubiera podido alternar ambas cosas pero todo tiene su momento", ha insistido.
Si hay algo en lo que ahora abundará más es en su gran admiración por la música. "Me considero un músico frustrado" ha confesado para recordar que en los últimos tiempos ha podido dar rienda suelta a esta gran pasión con espectáculos como 'Amadeu', en torno a Amadeo Vives, o el que prepara para esta nueva temporada, 'El pimiento Verdi', en homenaje a este compositor.
INVESTIGACION Y POPULARIDAD
La compañía de teatro Els Joglars fue fundada en Barcelona por Albert Boadella, Carlota Soldevila y Anton Font. Desde 1961 el teatro de Els Joglars ha compaginado dos tendencias: la investigación fuera de cualquier convencionalismo y la popularidad.
El espíritu crítico que caracteriza a la compañía tuvo como consecuencia varios sucesos, como el encarcelamiento de Boadella en diciembre de 1977 durante ocho días, por la representación de la obra 'La Torna', en plena transición a la democracia. En ella, la compañía recreó los últimos días de la vida de un delincuente, Heinz Chez, y su ejecución a garrote vil.
La sala de ensayo de Els Joglars, una cúpula geodésica situada en medio de bosques a 100 kilómetros de Barcelona, se convierte en un privilegiado observatorio que facilita una visión profundamente universal sobre los mecanismos de perpetuación del poder en diferentes ámbitos y facetas, el gran tema de Els Joglars y que se concreta en miles de representaciones de treinta y cuatro obras teatrales en más de veinte países de Europa y América aparte de las producciones para televisión, cine y varios libros y estudios sobre la actividad de la compañía.