Florencia. La Puerta del Paraíso, creada por Lorenzo Ghiberti hace 560 años para el baptisterio de la Catedral de Florencia, se muestra desde ayer de nuevo al público, aunque en el interior del museo dell'Opera del Duomo, tras 27 años de una difícil restauración. Fue el polifacético Miguel Ángel, quien tras ver los magníficos paneles grabados en oro y bronce de la impresionante puerta exclamó: "Es tan bella que tendría que estar colocada en la puerta del paraíso". Desde ese momento, la Puerta del Paraíso es una de las obras maestras del Renacimiento y una de las joyas escultóricas más apreciadas de Florencia.

Se han necesitado 27 años para eliminar las impurezas acumuladas y sacar a la luz la brillante capa dorada de los diez paneles de bronce y oro que representan escenas del Antiguo Testamento. Una restauración de una gran dificultad y complejidad debido a que la enorme puerta mide 5,20 metros de altura y 3,10 metros de largo, tiene un grosor de 11 centímetros y un peso de ocho toneladas.

El arquitecto y pintor Giorgio Vasari las describió un siglo después de su realización como "perfectas en cualquier sentido" y "la obra de arte más fina jamás creada". Y es que su característica es que se prefirieron reducir, respecto a las otras puertas, los paneles o casetones que la formaban a diez, para plasmar con mayor realismo y belleza escenas todas ellas enmarcadas en escenarios ricos de detalles, para cuya ejecución Ghiberti necesitó más de veinte años.

La restauración de la puerta que Ghiberti realizó entre 1425 y 1452 comenzó en 1985, aunque fue retirada definitivamente en 1990 para preservarla de la contaminación y de las reacciones químicas que produce la humedad y en su lugar se colocó una copia. La existencia no ha sido fácil para esta obra maestra del Renacimiento, pues en 1966, la puerta, que ocupa la parte este del baptisterio, fue gravemente dañada por una inundación que arrancó seis de sus diez paneles. Durante la II Guerra Mundial, en 1943, las autoridades de Florencia descolgaron la puerta para protegerla de los bombardeos y se aprovechó para acometer una primera restauración.

Su ubicación actual es provisional ya que en 2015 cuando se inauguren las nuevas salas del Museo, pasará a ser la protagonista de una única sala que compartirá junto con las otras dos puertas del baptisterio que serán restauradas en breve, la del norte realizada también por Ghiberti entre 1402 y 1424, y la del sur realizada por Andrea Pisano entre 1330 y 1336.