MADRID. La cintura y su propio eje de rotación son el origen de esta colección, en la que las prendas se ciñen a la cintura y sobre ella se abren y se cierra. "Son propuestas cómodas, livianas y muy fáciles de poner", ha explicado a EFEstilo la diseñadora burgalesa.
A lo largo del desfile, las prendas han mostrado al exterior su intimidad. "El interior aparece en el exterior de la prendas", ha detallado Arzuaga, quien ha construido volúmenes con pliegues horizontales sobre telas pintadas a mano.
El desfile ha comenzado con una revisión de la clásica camisa blanca de popelín, que la diseñadora ha convertido en un vestido abotonado con largo por encima de la rodilla. Ha continuado con vaporosos vestidos con las espaldas al descubierto.
La mujer Arzuaga vestirá más con vestidos y con faldas que con pantalones, prenda que la diseñadora prefiere confeccionar con un patrón recto y en versión minishort.
Si el blanco ha sido el color protagonista del desfile, el rosa chicle, el gris, el negro, el petróleo y el antracita han sido los secundarios, tonos que han actuados por sí solos, sin la compañía de los estampados.
Tras finalizar el desfile AA de Amaya Arzuaga, la diseñadora hace las maletas y se traslada a París, donde mostrará su nueva colección en la Embajada de España el 1 de octubre, "justo antes que el desfile de Yves Saint Laurent", ha puntualizado la diseñadora, quien ha asegurado que "merece la pena desfilar en la ciudad del Sena, hemos aumentado las ventas casi en un veinte por ciento".