amberes

menno Meewis lleva veinte años al frente del Middelheim Museum. Entre libros y legajos discurre una labor encaminada a proporcionar dinamismo a lo que él denomina "paraíso del arte". Cuando sus labores se lo permiten gusta de acompañar a los visitantes para conocer sus reacciones. Es el caso. "Siempre ha habido una continuidad en la colección del museo porque desde el principio se tomó esta determinación, queremos abarcar el período artístico comprendido entre Auguste Rodin, para nosotros un artista de grandeza incontrovertible de finales del siglo XIX, y la época contemporánea. Hemos hecho exposiciones en este sentido que han funcionado muy bien y siempre dentro de esa línea de acción", explica.

Llevar a cabo una labor como ésta requiere unos criterios de selección muy rigurosos para no caer en tentaciones que pueden romper la dinámica establecida. En Middelheim lo tienen claro: "No estamos especializados en artistas que trabajan para espacios al aire libre, sino que nos dejamos guiar por el criterio de un comité de selección formado por críticos, especialistas y estudiosos del tema con los que nos reunimos dos veces al mes para analizar la situación artística mundial. Ya sé que ésta es una labor muy subjetiva, pero es la más eficaz. Seguimos las carreras de los artistas a través de sus obras que pueden ser susceptibles de ser presentadas al aire libre y si nos interesan y económicamente podemos adquirirlas lo hacemos".

Meewis es partidario de dar rienda suelta al arte en el sentido de que una obra se ve de forma muy diferente si está entre las paredes cerradas de un museo o al aire libre. "Creo que el artista que expone al aire libre está mucho más controlado que si lo hiciera en un museo. En un espacio público tiene que respetar las normas públicas y pasar los controles de seguridad. En pocas palabras, todo debe ser políticamente correcto. Es muy curiosa e interesante la reacción de los espectadores cuando tienen la obra a su alcance en un espacio abierto o en uno cerrado. Cambia totalmente su interpretación y esta apreciación la obtengo a diario en Middelheim".

Le comento que en Bilbao está la obra de Richard Serra en el exterior del Museo de Bellas Artes y en el interior del Guggenheim. "Es una forma distinta de entender las obras, comenta. Serra me parece un artista apasionante. En un momento estuve interesado en comprar obra suya, pero no pude hacerlo porque era demasiado caro. No por lo que cobrara el artista, sino por el material para hacer la obra".

arte vasco En nuestro recorrido llegamos ante el trabajo realizado especialmente para este museo por quien fue esposo de la donostiarra Cristina Iglesias, Juan Muñoz: dos bronces enfrentados y fijados a dos árboles de uno de los principales paseos. Meewis se deshace en halagos hacia Muñoz y su mujer, con la que formó tándem artístico y de la que hay una obra en Amberes. "Es curiosa la trayectoria de la familia Iglesias. Ignoraba que Alberto, hermano de Cristina, fuera compositor de la música de películas de Almodóvar y que tanto Eduardo como Lourdes fueran escritores. Está claro que poseen el gen de la creación", afirma.

Inevitablemente sale a colación el tema de Chillida Leku y la situación en la que se encuentra: "Conozco la obra de Eduardo Chillida y sé que hizo muchos trabajos para ser expuestos al aire libre. De hecho he tenido contactos con su familia, pero lamentablemente no tenemos ninguna obra suya en Middelheim. Sé también que montó un museo al aire libre con trabajos suyos, pero nunca he estado allí. Lamento que Chillida Leku atraviese un momento delicado en su gestión. Aquí afortunadamente no tenemos ese problema, ya que gozamos de suficientes presupuestos. Hay mucha gente joven interesada en trabajar con nosotros".