madrid. El realizador francés Bertrand Bonello, mientras prepara su personal película sobre Yves Saint Laurent, estrenó ayer su polémico filme Casa de tolerancia. L'Apollonide, donde retrata un burdel de París en 1900 con exquisito sentido de lo artístico para preguntarse qué pasa por la mente de una prostituta.
Bonello tiene dos obsesiones creativas: la relación entre cuerpo y mente y los mundos que se desmoronan. Ambas constantes confluyen de manera malsana en el burdel parisino de 1900 llamado L'Apollonide, microcosmos decadente donde palabras como dignidad, sumisión, supervivencia y oficio bailan sobre la moral y la belleza. "La prostitución ha sido siempre muy importante en la historia del arte. Como personaje aparece por primera vez ya en 1900 y es tan interesante porque el personaje es muy misterioso. Puede ser muy cercano a ti, pero nadie sabe qué pasa por la cabeza de una prostituta. Eso es oro puro para la ficción", explicó Bonello.
Este filme, que compitió en Cannes el año pasado, a través del retrato de un variado grupo de prostitutas de lujo de la época, responde a esa curiosidad de Bonello por saber cómo se relaciona la mente con su propio cuerpo si este está en venta, cómo parcela lo público de su sexo con sus anhelos más íntimos.
"Me gusta mucho la necesidad de amar de la prostituta, de la pureza de su corazón a pesar de una vida sexual como profesión. Pero no estoy interesado en polémicas o provocaciones", asegura. Pero en su estreno en Cannes en 2011, causó malestar en un sector del público por embellecer hasta lo exquisito las dinámicas de un burdel. Tras su paso por Cannes y sus seis nominaciones a los premios César, se llevó el de mejor vestuario, L'Apollonide, en su título original, catapultó la carrera de un hasta entonces minoritario Bonello y recibió el encargo de realizar una biografía a su manera del genio de la moda Yves Saint Laurent.