Vitoria. Desde el pasado mes de abril no había nueva convocatoria, pero a eso se le pondrá remedio rápido el próximo 28 de septiembre, como de costumbre en el escenario del Gora Taberna. Allí, y ya van 32, se producirá una nueva edición de las conocidas Pintxo Jam Session, una puerta abierta al público y a todo aquel músico que se quiera sumar para no parar de improvisar.
Desde 2004, estas citas se han convertido ya en un clásico, en un encuentro en el que todo es posible puesto que el concierto se va construyendo sobre la marcha. Sólo tiene principio, el desarrollo y el final es cosa de los presentes.
De hecho, la fórmula será la misma de siempre, aunque lo que suceda sea diferente. Es decir, en el local del Casco Viejo, cualquier músico o cantante que quiera se encontrará con un set de instrumentos y micrófonos montado. A partir de una determinada hora (que todavía no está concretada de cada al 28 de septiembre pero que suele ser a las 20.30), el que quiera podrá subir, improvisar y dejarse llevar por el jazz, el funky, el hip hop, el blues, el bertso... y todo lo imaginable. Aquí sólo hay dos requisitos fundamentales: la diversión y, hasta cuando se terminan, los pintxos.
Tanto entre los interpretes (profesionales y amateurs) como entre el público, estas citas musicales han ido creciendo con el paso de los años de una forma considerable, convirtiéndose en auténticas fiestas sonoras donde, en realidad, el lado gastronómico es una excusa como otra cualquiera para reunirse y crear momentos insospechados, al tiempo que sirve como elemento distintivo con respecto a otras jam.
El Gora se mantiene como última sede de estos encuentros, aunque si el tiempo lo permite, algunas veces incluso el propio cantón de San Francisco Javier (rampas incluidas) se ha convertido en escenario improvisado. Habrá que ver qué sucede este septiembre.