Vitoria. Todo telón que sube, más tarde o más temprano, tiene que bajar. Es ley de escena. Y la decimonovena edición del Festival de Teatro de Humor de Araia no es una excepción. El camino iniciado el pasado sábado llega hoy a su final, aunque la parte paralela del certamen que se lleva a cabo en distintos puntos del territorio seguirá hasta finales de mes.

Al igual que ha venido sucediendo en las jornadas precedentes, la Herriko Plaza, el Arrazpi y la sala Andra Mari serán los tres puntos de referencia para el público. En el último emplazamiento, los vitorianos Kolektivo Monstrenko darán por concluida esa especie de residencia interpretativa que a lo largo del certamen han realizado en Araia, representando en casi una decena de ocasiones su Antonio Remachado, algo que volverá a suceder esta noche a las 21.15 horas por última vez, estando las entradas a la venta por 8 euros.

Eso sí, un poco antes, a las 20.00 horas, será el momento de decir adiós a la calle como escenario de la mano de Hortzmuga, compañía de sobra conocida por los espectadores alaveses.

En la Herriko Plaza, el ya veterano grupo vasco representará en euskera Libertia, una historia fantástica para todos los públicos en la que títeres, muñecos de gran tamaño e intérpretes de carne y hueso se unirán para dar vida a este cuento creado por Izpiñe Soto, un relato a modo de metáfora sobre cómo conseguir ser independiente, el valor de la amistad, la superación de los miedos y la capacidad de elección ante lo que sucede.

El broche final llegará a las 22.30 horas en el escenario del Arrazpi, con las entradas a la venta por 12 euros para los adultos y 5 para los menores de 16 años. Allí se volverán a encontrar el certamen y los componentes de Ron Lalá tras su última visita de 2009 con Mundo y final. Esta vez, la propuesta lleva por título Siglo de Oro, Siglo de ahora (folía), un montaje estrenado hace bien poco en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares.

Humor, teatro y música. Esos son los tres ingredientes del grupo desde su nacimiento en 1996 y no han cambiado desde entonces, generando un sello propio que se ha traducido en no pocas giras y premios. En su última apuesta, el quinteto enlaza el barroco con 2012 para mezclar a Lady Macbeth y Lady Gaga en una sola frase, es decir, para conjugar el pasado y presente a través de una serie de piezas breves de teatro, es decir, de folías, un claro precedente de lo que ahora se denomina sketch.

Entre la risa, la música y el verso se cuela la crítica, algo que Ron Lalá potencia con acidez y buenas cuerdas vocales, un sello con el que las últimas carcajadas de esta edición del certamen están garantizadas.