Vitoria. La cuarta de abono innovó. Junto a las dos corridas de a pie y la última de rejones, ayer el coso gasteiztarra cerró el ciclo taurino de La Blanca con una novillada. El experimento, en una plaza que se mueve a golpe de grandes figuras, no salió, al menos, en cuanto al estado de las gradas, que presentaron una imagen un tanto desangelada, con no mucho más que un cuarto de entrada, muy lejos del éxito que siempre cosechan en la capital alaves a los caballeros rejoneadores, con Pablo Hermosa de Mendoza a la cabeza del cartel. En cualquier caso, fue un día para comprobar las evoluciones de alguno de los más prometedores novilleros del escalafón actual, que se enfrentaban a morlacos de la ganadería de Peñajara, que en la actualidad tiene procedencia Baltasar Iban. Los animales salieron a la arena serios y bien presentados, aunque algo faltos de clase. Tomaban parte en la lidia Gómez del Pilar, Javier Jiménez y Juan Millán. Y a juicio de los entendidos, no lo hicieron mal. Sobre todo, el madrileño Gómez del Pilar, que se cobró dos orejas, una a cada uno de su lote. También salió beneficiado de su oficio Javier Jiménez, con un trofeo; Millán dejó detalles y hechuras ante oponentes de carácter desigual.
El diestro triunfador decidió enfrentarse a su primer novillo con determinación. Lo recibió a portagayola, suerte que repitió en un quite de chicuelinas. Demostró tener el pulso firme ante un novillo que requería templanza y ante el que tuvo suerte a la hora de aplicarle la espada. Le cortó una oreja, circunstancia que logró repetir ante el cuarto de la tarde, al que también mató con suficiencia, aunque tras un aviso.
Jímenez, por su parte, se lució con el capote ante un oponente complicado que aprovechó la gallardía del diestro para darle un revolcón sin más consecuencias que el susto. Una faena de menos a más que concluyó con suerte en el estoque final. Todo ello le valió para cortar una de las orejas del novillo que abrió su lote.
El novillero de Sevilla no pudo repetir éxito con el segundo de su lote, ante el que nada pudo hacer para disfrutar de una faena redonda, de ésas que gustan en Vitoria y que acostumbran a recibir triunfos sin demasiada dificultad. Volvió a destacar su labor con el capote. Pero el de Peñajara se presentó en el coso muy complicado.
Por último, Millán sólo pudo dar detalles de su buen hacer ante un astado complicado, que embestía con la cara alta sin dar oportunidades al lucimiento. El siguiente de su lote fue algo más manejable, por lo que el novillero pudo marcarse quites de mérito. Al final, hubo aplausos y alguna petición, que quedó en nada.
Premio sin ganador Por otra parte, la Peña Taurina Paco Ojeda de Vitoria-Gasteiz decidió ayer declarar desierto el trofeo A la mejor faena con el capote en su edición 2012.