Vitoria. ¿Piedra, papel o ti'jejeje'ra? Jugando y jugando a hacer reír, el Festival de Teatro de Humor de Araia llega a su edición número diecinueve. Y, uno más, hasta el 20%, se ha concretado el recorte que, desde la imagen de su mismo cartel, se deja notar en su programación. En todas las aportaciones -Diputación, ayuntamientos, Caja Vital...- se ha sentido el zarpazo, que a nivel programático se traduce en una menor itinerancia de las piezas-de catorce pueblos a siete-. En lo puramente teatral, Ron Lalá, Pez en Raya o Traspasos son algunas de las propuestas más llamativas, destacando el espaldarazo a los trabajos en euskera, un total de tres.

Y de tres en tres se mueven las dos primeras jornadas del festival, que -con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA- arranca en su sede de Araia -este viernes lo hace su itinerancia, en Vírgala Mayor- el 11 de agosto, con la unipersonal pátina absurda de Ganso&Cía, que en Mediopelo trata la "situación actual" desde el punto de vista de un "superviviente". Es "un bálsamo", añade Javier Alkorta, Txortas, como siempre coordinador de un encuentro que este año ve con una oferta "interesante, muy ecléctica y para todos los gustos", combinando riesgo y apuestas seguras.

Él mismo se encuentra en uno de los tableros de juego, parte del elenco de Avanti, la comedia de Samuel Taylor cuyo libreto popularizó el largometraje de Billy Wilder y que, de la mano de Traspasos, se convierte en un auténtico apogeo del label escénico alavés, conjuntando miembros de varias compañías. Cierra, el sábado 11, Niño Costrini, "clown argentino cáustico y ácido" que repite visita a Araia con su pieza Humanus comicus.

La primera pieza en euskera desembarca el domingo 12, de la mano de Trapu Zaharra. Con similar leit motiv a Ganso&Cía, "dos actores venidos a menos" dibujan los roles de su Ametsetan bizi. La compañía Viridiana nació para "hacer trabajos por pueblos pequeños" de Aragón, pero las buenas críticas le han llevado más allá. En la cadiera, un espectáculo "sencillo, bien cantado y manipulado", será su billete para Araia. Con el alzheimer como sugerido telón de fondo, cierra la jornada el humor reflexivo de Zanguango Teatro, compañía instalada en Trebiño que presentará su Aquí va a pasar algo.

El ecuatorial lunes 13 será cosa de Ez Dok Hiru Teatroa, con el euskera como lengua y "motivo recurrente" de los espectáculos de Patxo Telleria y Mikel Martinez, que proponen esta vez la particular tesis de su origen en Lingua nabajorum.

De nuevo de tres en tres se conjugará la jornada del martes 14, donde abrirá la agenda el "clown belga de humor blanco e ingenuo" Gromic, que en The magomic show destilará "sutileza y delicadeza". Una de las tantas compañías que vuelven al festival es Pez en Raya, que en Llorar x llorar conjuntará una vez más genes andaluces y catalanes para gestar un humor absurdo a lo Groucho Marx. "Un humor por la cara, desvergonzado", apunta Txortas. Circo y humor se agitan en el tercer plato de la penúltima jornada, que sirve Paki Payá en Shake! Shake! Shake!, tres palabras que Txortas acompaña de tres adjetivos: "corrosivo, cañero y trepidante".

De nuevo en euskera y destinado al público infantil, el espectáculo que abre la última de las cinco jornadas de Araia lleva por título Libertia y llega de la mano de Hortzmuga, con títeres y fantasía firmados por una compañía que "siempre echa el resto en el aspecto plástico". Recién estrenado -en junio- se acercará el trabajo que cierra el cartel del polideportivo Arrazpi, como siempre junto a la Herriko Plaza las sedes de Araia. Se trata de Siglo de Oro, Siglo de Ahora (Folía), de Ron Lalá, que suma su segundo hospedaje en Araia con su combinación de humor y música. En paralelo, la localidad también sumará seis funciones de Kolektivo Monstrenko, que mostrará sábado, domingo, martes y miércoles su pieza Antonio Remachado. "Tampoco deja de lado la situación actual, desde la perspectiva de un empresario venido a menos".

Venido a menos como el presupuesto de un festival que cuenta este año con 87.000 euros, muchos de ellos destinados a la adecuación de los espectáculos al recinto de Arrazpi. También a una itinerancia por otros pueblos que el certamen estrenó en el 2000, y que en esta edición se reduce a la mitad de localidades. Laudio, Amurrio, Aramaio, Labastida, Maestu, Murgia, Rivabellosa y Vírgala Mayor se repartirán dieciocho funciones en las que estarán varios grupos del cartel de Araia, a los que se unen Bapatean Zirko y su Taberna -circo y teatro con swing- y La Patro, con La verdadera historia de Lola Puñales -humor y flamenco con La Pulga-.

El humor "es el arma de los más débiles", así que las resonancias del cartel del festival -cuerpo de tijeras recortadoras, cabeza de euro monopensante- "se explican por sí mismas", apunta Txortas. Frente a los recortes, más risas, porque el evidente tijeretazo general "es lo que hay, y se acepta". La diputada de Cultura Icíar Lamarain lo resumió con su sempiterno lema, expresado de mil maneras diferentes. Esta vez: "hemos reducido, pero estamos".