Vitoria. COMIENZAN a verse los primeros chapuzones, fiestas de verano, bautizos y anuncios de separaciones y embarazos, pero lo que sigue siendo lo más destacado de la semana en los mentideros de la prensa rosa es la crisis que estarían sufriendo la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, quienes estarían al borde de la separación, al menos si damos por buena la portada de la revista Semana, que afirma que la pareja está en el límite de su estabilidad matrimonial. Al parecer, la infanta quiere volver a España porque no quiere estar lejos de su familia, pero Iñaki ni siquiera se lo plantea.

Desde que imputaron al duque de Palma por un supuesto delito de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental el pasado mes de diciembre, su vida se ha convertido en una verdadera pesadilla. El único apoyo que ha tenido Iñaki Urdangarin hasta ahora ha sido su familia y su mujer, quien ha estado al pie del cañón y le ha defendido en todo momento. Pero parece que la paciencia de Cristina se está acabando y su matrimonio está en el borde del precipicio. La presión mediática que están sufriendo los duques de Palma ha hecho que su relación se tambalee y eso les ha pasado factura, siempre según la citada agencia, que señala, además, que la revista Semana recoge cómo Cristina e Iñaki están viviendo su crisis más dura y podrían haberle aconsejado a la infanta que se separe de su marido tanto por su bien como por el de la monarquía española. A pesar de que se aseguró que la familia Urdangarin no iba a viajar a España este verano, parece ser que la infanta ha cambiado de opinión. Según ha informado la Casa del Rey, Cristina y sus cuatro hijos se unirán a la familia real en Palma para pasar unos días, aunque han apuntado que no prevén que Iñaki Urdangarin viaje con ellos.

casa real revuelta De ser ciertas estas informaciones, la familia real española viviría la segunda separación matrimonial en su seno, ya que con anterioridad se produjo el divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Asimismo, tras el episodio del safari en Botsuana del rey Juan Carlos, se habló largo y tendido sobre el estado real del matrimonio del monarca y Sofía de Grecia, con la figura de la alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein como centro de atención. Así las, cosas, el matrimonio formado por Felipe de Borbón y Letizia Ortiz sería el pilar más estable del panorama sentimental de la Casa Real española. No obstante, nubarrones de índole no conyugal se ciernen también sobre este matrimonio, ya que el padre, la tía y la abuela de Letizia Ortiz, Menchu Álvarez del Valle, tendrán que declarar mañana como imputados en los juzgados de Cangas de Onís, dentro de la causa abierta por un delito de insolvencia punible después de que la Fiscalía de Asturias haya determinado que puede haber indicios de alzamiento de bienes por parte de la abuela de la princesa de Asturias a raíz de una deuda contraída por la tía, Henar Ortiz. Esta, que regentó una tienda de souvenirs en Cangas de Onís antes de que Letizia se casase con el príncipe y después otra de decoración en Oviedo, fue denunciada por un particular al que, según consta en la denuncia, debía más de 20.000 euros. La insolvencia punible consiste en declararse sin recursos para no pagar las obligaciones contraídas pese a tener bienes suficientes para hacer frente a la deuda.