¿Por qué el nombre, Fool Cool?

Josu Junguitu: Era un juego de palabras vistoso, tirar de atención al oído mezclando ese rollo enrollado de cool con esa vertiente estúpida de fool que tiene ese propio mundillo cool. Y sonaba bien.

Ya marca una actitud alegre...

J.J.: No queremos ser un grupo hipersofisticado, sino aportar energía, ser cercanos, comunicativos, partiendo de una calidad musical.

¿Cómo plantean sus 'bolos'?

Sonia Vera: Empezamos con caña. 'Estos somos nosotros'. Hacemos muchos temas de blues, otros que tienden al soul y hacia el final hacemos mucho funky, más bailongo.

El funk se impone año tras año en los festivales de jazz...

S.V.: Facilita que gente no muy aficionada empiece a interesarse. Tengo amigos que no tienen interés por el jazz, pero que empiezan a visitar locales y les gusta.

¿El jazz se apartó del público?

J.J.: Hay gente que quizás no entienda mucho de la música, pero le gusta el ambiente del jazz, ese rollo elitista. Hay gente que consume eso y otra que aprecia la música como tal. El blues y el funk son estilos hermanados con el jazz, sirven como puente para públicos que no están muy habituados. Pueden ser un buen escaparate para entender el jazz en sus orígenes y en su evolución. La música no es estanca, aunque escuelas de música se afanan en dar la espalda a estilos lejos de la raíz. Son evolución, incorporaciones rítmicas. Todo lo que sea fusión de estilos es positivo.

S.V.: De todas formas, a nosotros el funk nos interesa, pero también el jazz y otros estilos hermanados, como bossa, latin. En casa tengo discos que no tienen nada que ver uno con otro. Me gusta sacar de cada estilo un sentimiento distinto, cantar estilos distintos porque descubro nuevas facetas de mí misma. Tengo otras formaciones con las que desarrollo swing, soul, country.

El músico toca en los últimos tiempos en más de una formación...

S.V.: Aparte de que los grupos aportan cosas diferentes, descubres sentimientos y a nivel de músico construyes una biblioteca personal.

J.J.: Amplías tu bagaje y vas descubriendo y moldeando tu estilo.

S.V.: Lo que te aporta el jazz lo puedes pasar a otro estilo y lo de ese estilo a otro. Vas enriqueciéndote.

¿Qué escuchaban con 14 años? ¿Cómo ha ido cambiando eso?

J.J.: A mí me marcaron Police y Toto. Al ser el pequeño de cinco hermanos y haber mucha distancia de edad con ellos, habían hecho el filtrado de música. Desde niño empecé a escuchar grupos muy buenos de jazz, a Bobby McFerrin, Al Jarreau, Chick Corea... Eso me ha hecho estar acostumbrado al jazz, de hecho en el funky -siempre lo he escuchado- nos hemos empezado a prodigar hace cinco años. Antes teníamos formaciones de jazz. Tus influencias eran más country...

S.V.: Country y pop. Los Eagles o Michael Jackson me encantaban. En el instituto me pasaron unos discos de Ella Fitzgerald y me enamoré. Aretha Franklin. Son mitos que todo cantante tiene que tener en su casa. De ahí empiezas a conocer no sólo cantantes, sino músicos, desarrollas el gusto por escuchar... La sencillez y calidez de la voz del country me encanta. No tiene nada que ver con Ella Fitzgerald, pero me gustan esas voces directas, que aportan emociones, que te llevan.

¿Cómo trabajan tratándose de dos voces en un grupo?

J.J.: Sobre todo se trata de escuchar, muchos discos, mucha música.

S.V.: Escuchar y cantar. ¿Cómo se anda en bici? Andando. No hay que preocuparse más. Te sale. Un niño ve que una pelota bota y venga a botarla, porque disfruta. Ves que cantar te gusta, que te hace sentir placer, y sigues. Y vas mejorando.

Y también trabajando, porque tienen bastantes conciertos...

J.J.: Grabamos una maqueta con Carlos Sanz y, más o menos desde entonces, hemos tenido mucho trabajo. Donde tocamos, muchas veces nos ve la persona de otro local y nos quiere contratar.

S.V.: O al dueño del local le gusta y te quiere programar para una semana. Te hace coger confianza.

J.J.: En verano no ensayamos, tocamos. En invierno sí ensayas, porque la cosa se enfría un poco, pero hemos cogido un ritmo muy bueno.

¿Temas propios o versiones?

S.V.: Estamos haciendo versiones. Aretha Franklin, Bonnie Raitt, Stevie Wonder, Incognito... En septiembre vamos a componer, a dedicarnos en cuerpo y alma a esto.

J.J.: Hay temas en marcha, pero es un proceso muy delicado, hay que mimarlo, y en cuanto esté lo suficientemente macerado...

S.V.: Nos gustaría ser una banda con temas propios. Es el objetivo, porque creemos que tenemos ideas musicales. Hacer versiones nos gusta, es muy directo, pero queremos satisfacer esas ansias creativas. Es un reto. Y también queremos aportar algo a la música, que parece que está todo inventado. Intentamos fijarnos en los clásicos y aportar nuestro toque personal.

J.J.: Al final es hacer cada uno su ensalada, con sus influencias, habilidades, capacidades e ideas. Punto. Si sigues y vas perfilando un avance natural, llegas a donde tienes que llegar. No puedes estar muy lejos de lo que puedes y quieres hacer.