Vitoria. Hay días en cualquier festival, sala de conciertos, ciclo o programación sonora en los que es fácil adivinar que, a nada que vaya todo como debe, se puede montar una para recordar. ¿La razón? Los protagonistas. Hay carteles que hablan de músicos con ganas de liarla y capacidad para hacerlo con consistencia y garantías, que reúnen a artistas que no tienen miedo a dejarse llevar y, por el camino, arrollar al público, en el mejor sentido del término, que cuentan con intérpretes que o encantan o su contrario, pero con los que nunca hay término medio. Esta noche en Mendizorroza es una de esas veces. ¿Por qué? Joshua Redman, The Bad Plus y The Soul Rebels tienen la culpa. Cuidado, que vienen curvas.
Incluso por encima de la figura de Sonny Rollins o de otras estrellas de esta edición, no hay duda de que para muchos de los habituales al Festival de Jazz de Gasteiz, la de hoy es una doble sesión marcada en rojo desde hace tiempo, sobre todo por la presencia de Redman. A las 21.00 horas arrancará una jornada que tiene sus entradas a 25 euros y que es difícil de comprender cómo no tiene todo su taquillaje vendido desde hace tiempo.
Abrirá ese nuevo y llamativo matrimonio formado por el saxo de Redman y el demoledor trío The Bad Plus, otros que en Gasteiz ya han demostrado que tonterías las justas. Es decir, aquí no hay suma, sino multiplicación de cuatro músicos, solista y combo, de, por un lado, gente de gran calidad técnica y, por otro, músicos con ganas de no quedarse en el sitio, sino ampliar horizontes para ver por dónde pueden caminar. Y a todo ello hay que sumarle la carga emocional de la que suelen dotar sus apariciones ante el público cuando van cada uno por su lado.
En la capital alavesa ya se conocen sus dos universos. La última vez que Redman pisó el polideportivo fue hace dos años junto a dos tríos que fue simultaneando en una actuación que, por derecho propio, está entre las mejores de la historia del certamen alavés, y eso es decir mucho. De lo de Bad Plus ha pasado algo más de tiempo, en concreto, seis años, aunque seguro que muchos se acuerdan de ese ciclón que tomó el Principal tanto en 2006 como en 2003 y que ahora vuelve a estar en un momento dulce tras la publicación de su último disco, Never Stop, a finales de 2010.
Tanto Redman como el grupo formado por Ethan Iverson, Reid Anderson y Davis King hace tiempo que dejaron de ser considerados como promesas para ser tratados como realidades a seguir muy de cerca. Conocen todos y cada uno de los mecanismos que deben activar encima de un escenario o en un estudio de grabación para que el resultado sea arrollador y mágico, y es de esperar que esta noche en Gasteiz activen todas esas herramientas. A los presentes (incluso en los temas en los que bajen el ritmo, que también los tienen) puede que lo dejen de vuelta y media. Pero felices. Eso sin duda.
Pasado el tradicional descanso, aparecerán en el polideportivo los multitudinarios Soul Rebels, banda que acude a la capital alavesa con la idea de tomar el testigo que hace un año dejó su vecino y amigo Trombone Shorty. Es decir, que los presentes ya pueden acudir con ganas de dejarse arrollar por otra locomotora de música y baile.
Por o a pesar del Katrina, de Nueva Orleáns están surgiendo en los últimos años algunos pocos pero elegidos nombres que están sabiendo conjugar la tradición del jazz con el rock, el hip hop, el funk y casi todo lo que pase por delante. The Soul Rebels es uno de los exponentes, junto a Shorty, de esa onda. Por eso han tocado con Metallica. Por eso se están empezando a recorrer medio mundo. Por eso su segundo y último disco (Unlock your mind) está cosechando tantos éxitos, sobre todo dentro de Estados Unidos.
Aunque la formación no tiene mucho tiempo de vida está compuesta por músicos jóvenes pero ya curtidos en unas cuantas batallas. No, el grupo no ha descubierto la pólvora ni lo pretende, sólo toma lo mejor de ayer y hoy para pasarlo por su propio prisma, dotarle del contenido justo de adrenalina y descarga, y dejar al público agotado de ritmo, palmas y movimiento.
Sólo hay dos dudas a resolver a lo largo de su actuación. La primera, si tocarán la versión que suelen hacer del Sweet dreams de Eurythmics, que es, como se suele decir, canela fina. La segunda, si Redman o The Bad Plus o todos juntos harán acto de presencia, con todo lo que eso puede suponer.
Hoy puede ser una de esas noches. Por lo menos, para disfrutar de calidad musical y para entretenerse. Y eso es el mínimo. Para todo lo demás sólo será necesario que entre los músicos y el público surja la chispa.