madrid. El sector del libro duplicará este año las pérdidas registradas en 2011 cuando se facturaron 2.772 millones de euros, un 4,1% menos que el ejercicio anterior, según las previsiones de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

Un sector que sumará así seis años de decrecimiento, a pesar de lo cual "está demostrando ser una industria cultural profesional con una fuerte capacidad de iniciativa", aseguró el presidente de la FGEE, Javier Cortés, que reclamó un reconocimiento tanto del valor cultural como económico por parte de las Administraciones Públicas. El sector editorial español facturó 2.772 millones de euros en 2011, el 4,1% menos que en 2010. Para este año, según la evolución de las ventas, la caída "estará más cerca del 10% que del 4%". El descenso de la facturación se produjo en todos los ámbitos excepto en los libros prácticos (de cocina de instrucciones...), el cómic y los de texto. Gran parte de la contención de la caída del sector se debió a los libros escolares, lo que no ocurrirá este año ya que la reforma educativa retrotraerá la renovación de libros, según Cortés. En los últimos cinco años, la facturación ha descendido el 11,2% y el número de ejemplares vendidos se ha reducido el 20,3%. "Tenemos un problema clarísimo de comercio interior", señaló el presidente de la FGEE, que pronosticó que en lo que queda de año habrá editoriales con "serios problemas de permanencia". En este panorama, es el comercio exterior el principal soporte de la industria del libro, ya que las exportaciones crecieron el 5,38% y alcanzaron los 482,44 millones de euros en 2011. España no es consciente del valor cultural y económico que representan las editoriales españolas en Iberoamérica que, además, cuentan con muchas empresas locales y editan más del 60% de los libros de texto de esos países. "Si España no lidera la cultura en Iberoamérica, otros vendrán y lo harán", advirtió el presidente de FGEE. Por ello, destacó la urgencia de una nueva Ley de Propiedad Intelectual ya que, ligada a la mentalidad de la "cultura del todo gratis", provoca unos niveles de piratería importantes.