HACE 17 años varios intérpretes se unieron para defender sus intereses y reflexionar sobre su profesión mediante un colectivo bautizado con el nombre de Músicos Asociados de Euskadi-Euskadiko Musikari Elkartuak. Tras seis o siete años de actividad, la entidad se disolvió, pero el fuego no debió de extinguirse del todo porque mañana la agrupación resurgirá con fuerzas renovadas.
El pianista Iñaki Salvador, que formó parte de aquel proyecto, lleva ya un tiempo enfrascado en su relanzamiento. Según ha confirmado a este diario, el nuevo colectivo se llamará del mismo modo, tendrá su ámbito de actuación en Euskal Herria y también será "una asociación sin ánimo de lucro y de carácter claramente independiente". Está previsto que eche a andar "con una masa de en torno al centenar largo de miembros, pero con una clara vocación de crecer". Aunque el donostiarra es conocido por su vinculación al jazz, Músicos Asociados de Euskadi acogerá a artistas de todos los ámbitos: pop, rock, música clásica y popular, etc.
Altavoz y escaparate
Dar respuesta a los problemas
En principio, está concebida como una asociación "profesional" de personas que viven de la música "de manera exclusiva o al menos parcialmente". Su objetivo primordial será, por un lado, impulsar "la reflexión y el debate" en torno a un oficio que, como otros tantos, no vive sus mejores momentos. Por otra parte, tratará de conseguir resultados concretos y dar respuesta a los "problemas" a los que se enfrentan los músicos. Salvador recuerda, por ejemplo, que la primigenia agrupación ofrecía, entre otros servicios, la posibilidad de consultar un gabinete fiscal y jurídico para plantear dudas y problemas respecto a la relación con Hacienda. También era posible preguntar sobre contrataciones, morosidad y demás cuestiones. "Son solo algunas iniciativas para que el músico no se sienta tan solo y podamos caminar juntos a la hora de compartir servicios que una persona individualmente no podría permitirse", asegura.
También quieren ser "altavoz y escaparate" del trabajo creativo de sus integrantes, ya que "la inmensa mayoría de los músicos de este país trabajan sin contrato discográfico y sin una oficina de representación". "Queremos representar a esa mayoría de artistas que trabajan desde la autoproducción o la relación esporádica -y muchas veces frustrante por discontinua- con eso que se llama industria cultural", añade.
Una cuestión que preocupa sobremanera al colectivo es la crisis del público, que "en los últimos tiempos se ha agravado y acentuado". A juicio de Salvador, los músicos deben "trabajar junto con instituciones públicas y promotores privados" porque, al fin y al cabo, todos participan del reparto de la "misma tarta": la audiencia. "Como asociación poco podemos hacer para incidir en las iniciativas privadas de programación musical, pero sí deberemos ser vigilantes en lo que desde el dinero público se genera y dinamiza cuando éste no se emplea con los criterios que entendemos deben regir el gasto de la administración en cultura", sostiene. En su opinión, "lo público debe cubrir y proteger lo que lo privado no cubre y protege, e incluso aquello que lo privado deforesta culturalmente hablando: estaríamos hablando de la ya clásica dicotomía entre los conceptos de rentabilidad económica y rentabilidad cultural".
Finalmente, el colectivo también abordará el tema de Internet "como herramienta de difusión libre, sin intermediarios". "Es un tema en el que nos gustaría trabajar impulsando las creaciones de músicos independientes, en general, y de los asociados en particular", concluyó.