Madrid. El director y realizador Gustavo Pérez Puig, fallecido en Madrid a los 81 años, será instalado hoy en la capilla ardiente en el Teatro Español, que dirigió durante 14 años y que consideraba su casa y "el Gordo" de su vida.

"Un hombre de gustos generosos", y "dueño de la comedia" o "uno de los pilares del teatro español contemporáneo" son algunas de las alabanzas que suscitaba ayer entre colegas y políticos mientras sus restos eran trasladados desde la clínica Cemtro al Tanatorio de San Isidro. El "preferido" de Jardiel Poncela o Mihura, uno de los que se atrevió con Sastre, y realizador de cerca de cien Estudio 1, entre ellos el mítico Doce hombres sin piedad, se sintió "muy ahogado" el domingo y nada más entrar en el hospital sufrió una parada cardiorrespiratoria que le provocó la muerte.

Aunque estaba previsto que la capilla, que está abierta al público, se instalara ayer en el teatro que Pérez Puig dirigió durante 14 años, "problemas con el certificado de defunción" impidieron que se pudiera instalar hasta hoy, según explicó su viuda, la también directora Mara Recatero. Entre tanto, sus restos se han trasladado al tanatorio de San Isidro, desde donde esta tarde se llevarán al cementerio de La Almudena para ser incinerados.

El director y realizador era, según algunos de sus compañeros, un "serio hombre de teatro" que conocía todas sus claves y dominaba las de algo "tan difícil" como la alta comedia de autores como Miguel Mihura o Enrique Jardiel Poncela. Mario Gas, su sustituto al frente del Teatro Español, subrayó ayer que el fallecido dedicó su vida al teatro y a la televisión "y el hecho de que tuviera una ideología y una visión de la vida y el mundo" diferente a la suya no le impide reconocer sus méritos. "Personalmente era muy simpático y me he reído mucho con él. Gustavo llevó todas sus ideas a las últimas consecuencias -se definía como "falangista"- pero a la vez hizo todo lo último de Buero Vallejo y la primera etapa de Alfonso Sastre", recordó.

Puig consideraba el Español como "su" casa y dirigirlo "el Gordo" de la lotería. Premio Nacional de Teatro dos veces, en agosto de 2011 produjo, con dirección de Recatero, la que fue su última obra, Las cinco advertencias de Satanás de Jardiel Poncela, y soñaba en montar en forma de musical Tres sombreros de copa.