Madrid. El cine español recaudó en 2011 casi el doble en el exterior que en salas nacionales, al conseguir 185 millones de euros frente a 93, y más de 30 millones de espectadores extranjeros, lo que confirma una tendencia y supone, según el presidente de FAPAE, Pedro Pérez, que "nos queremos poco dentro". "Nos quieren más fuera", dijo el máximo responsable de los productores españoles en la presentación de los datos del cine español en el exterior, en el marco de la VII edición de Madrid de Cine-Spanish Film Screenings, donde también se entregó al productor Agustín Almodóvar el premio Rentrak 2012 a la película española de mayor repercusión internacional por La piel que habito.
Los datos, que elabora la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles con la información facilitada por la consultora Rentrak y el ICAA, indican que también se duplicó la recaudación exterior de 2010 (90 millones de euros). En 2011 se produjeron en Europa 1.285 películas, de las que 199 fueron españolas (62 de ellas, documentales), lo que le sitúa como el cuarto país europeo en producción (en 2010 fue segundo) y el noveno mundial, tras haber caído tres puestos respecto al año pasado.
Se exhibieron 9.000 copias de 110 películas españolas en el exterior, (un 20,9% más respecto a 2010, que fueron 91) y más en México, donde se vieron 36 cintas -cifra "récord"-, y Francia, con 25 estrenos españoles, la mayoría (un 73,7%), películas íntegramente españolas o coproducciones mayoritarias.
Frente a esto, las "desastrosas" cifras de la cuota de mercado nacional, ha destacado Pérez, señalan al 15% de recaudación en 2011 y 95,6 millones de espectadores. Tras enunciar estos datos, Pérez concluyó, por un lado, que una acción decidida del Estado a favor del cine español sería "determinante si no queremos ser colonizados", y por otro que "o espabilamos y nos metemos en las grandes ligas, nos abrimos y vendemos fuera, o nos quedamos en el furgón de cola". "Corremos el riesgo de caer en un cine marginal, lo que no corresponde en absoluto con la realidad de la cinematografía española", ha considerado.
Aunque el cambio de gobierno y la incertidumbre económica ha lastrado las producciones cinematográficas este comienzo del año, ha dicho el presidente de la Asociación Estatal de Cine (AEC), Gonzalo Salazar-Simpson, la situación es "tan límite como para obligarnos a cambiar la concepción de nuestro trabajo".
Así, advirtió, y aunque ya observa que sus asociados "empiezan a cambiar", hay que fomentar la coproducción en origen, y aportar guiones más flexibles y adaptados al gusto internacional y consultar, por ejemplo, la opinión de los distribuidores. "Tenemos que irnos fuera desde el principio", ha afirmado. En los primeros meses del año la taquilla española cayó cerca del 20 por ciento, a causa, según Guillén, de la crisis económica y del "buen tiempo".