Vitoria. Fue el de ayer un día de bastante trasiego en Mendizabala. Por un lado, estaban aquellos que recogían sus cosas de la zona del camping para emprender el regreso a casa, un camino muy largo en algunos casos. Por otro, se encontraban los operarios de desmontaje del recinto y los encargados de limpiar todo para dejarlo en perfecto estado de revista. Pero también fue el momento de realizar balance de la undécima edición del Azkena Rock Festival, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo.

En el primer aspecto, cabe destacar que el macroencuentro gasteiztarra ha cerrado este año con la presencia de 41.435 personas, es decir, dentro de las previsiones marcadas por Last Tour International, empresa organizadora del evento. Si bien la cifra es inferior a la de hace doce meses, con la celebración del décimo cumpleaños de la cita, supone la cuarta mejor entrada del festival desde que se lleva a cabo por detrás de 2010, 2006 y, como ya se ha dicho, el año pasado. Eso se ha conseguido entre los debates previos sobre la composición del cartel y la situación de crisis económica (algo importante, más si cabe si se tiene en cuenta que la mayor parte de los espectadores llegan siempre desde fuera de Álava, con los gastos añadidos que eso supone).

Como era previsible a tenor de la distribución de los grupos en las tres jornadas, la del sábado fue la más multitudinaria con 16.894 personas, seguida por la del jueves (12.474) y viernes (12.067). Eso hace el total de 41.435 asistentes, a los que habría que sumar los 1.500 espectadores presentes en los dos conciertos realizados en la Virgen Blanca (lo que supondría llegar a la cifra de 42.935).

Con estos números en la mano, la organización del certamen, que cuenta con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA como medio oficial, afirmó que el balance de esta undécima edición no puede ser otra que positiva. "Ya estamos trabajando en el Azkena Rock Festival" apuntó Last Tour, aunque, en realidad, la promotora vasca tiene citas más inmediatas como el concierto de Bob Dylan en el exterior del Guggenheim y el BBK Live, entre otras actuaciones.

Sensaciones Pero no todo son números y menos cuando de cultura se habla, aunque sea en un aspecto más relacionado con el ocio. La música y sus intérpretes son lo importante en el Azkena Rock Festival y en eso ha habido un poco de todo. Aunque se ha mantenido un nivel aceptable, sin nada que señalar como especialmente negativo, la del sábado, en el cómputo global, fue la mejor jornada.

Entre lo mejor ha estado, sin duda, Graveyard (el gran descubrimiento de este año que ojalá no tarde en hacer una gira por salas), My Morning Jacket, North Mississippi Allstars Duo, The Darkness, Pontus Snibb 3, Charles Bradley e Israel Nash Gripka (otro que habría que ver entre cuatro paredes), sin olvidar a los Lynyrd, sobre todo por la emoción que durante todo el concierto se palpó en el ambiente. A todo ello hay que añadir a los que estuvieron cerca del podio como Blue Öyster Cult, Status Quo, Pentagram, The Mars Volta, Gallows, M Ward, Hank III y The Union (otra más que grata sorpresa).

En cuanto a la representación vasca, con tres conciertos muy diferentes en la forma y el fondo, Porco Bravo, Lisabö y Willis Drummond estuvieron a gran altura, causando muchos comentarios entre aquellos procedentes de lejos del País Vasco que no les conocían.