Madrid. El escritor Juan Gómez-Jurado, apodado el Ken Follet español y traducido a más de 40 idiomas, sitúa La leyenda del ladrón en la España del siglo XVI, con un Estado en la "bancarrota" y endeudado "con los bancos", que recuerda a "cómo vivimos ahora".

El escritor, que presentó ayer la que es su 4ª novela en la Feria del Libro de Madrid, quería dotar a esta obra "amena, divertida y accesible al lector" de una "contemporaneidad muy fuerte", aunque esta intención no se perciba en una primera lectura. "El siglo XVI es un momento histórico en el que España, por una parte, vivía una situación tremendamente boyante por el oro que recibía de América, a través de la flota de Indias, y por otra, estaba en quiebra, en bancarrota, tremendamente endeudada con los bancos y con una deuda externa brutal por la mala gestión de los gobernantes", dijo el autor a Efe. Y advirtió que esta situación, acompañada de un tejido social muy dañado, en el que había una profunda brecha entre el pueblo y los gobernantes por las circunstancias económicas, "nos va recordando a como vivimos ahora". "En aquella época había una sociedad tremendamente corrupta, el que tenía dinero se libraba de la cárcel sin mayor problema, con lo cual tampoco está tan lejos de lo que estamos viviendo hoy", añadió Gómez-Jurado, que ha tardado 4 años en escribir esta novela de casi 700 páginas y editada por Planeta. Por ello, "no es casualidad que en La leyenda del ladrón los malos sean un duque y un banquero", apostilló el autor convencido de que una obra literaria debe ser "reflejo del propio tiempo del escritor y de los lectores".

Situada en la Sevilla del siglo XVI, la nueva obra de Gómez-Jurado (Madrid, 1977), está situada en la Sevilla de 1587, una época agitada en la que el Imperio español estaba en guerra contra Inglaterra y en la que la picaresca era el medio habitual de supervivencia. El autor teje la novela desde "múltiples niveles" y con dos protagonistas indiscutibles: Sancho de Écija y Clara. Mientras Sancho, "un hombre en lucha contra un mundo hostil", comienza como un pequeño ladronzuelo y termina como un héroe que cambia el destino de la ciudad, Clara protagoniza desde su condición de esclava indiana que no puede ejercer la medicina por su género una historia de superación personal y ansias de libertad.

Ambos, apuntó el autor, "luchan por conseguir sus sueños intentando mostrar que a través del esfuerzo y del poder de la imaginación se puede conseguir cualquier cosa". La novela, con pinceladas de thriller y ritmo cinematográfico, también se convierte en "metaficción literaria".

El autor recrea la posibilidad de que coincidieran en Sevilla los dos grandes escritores del Siglo de Oro: Cervantes, quien salva a Sancho Écija de la peste cuando es un niño, y Shakespeare, quien influye en la transformación del imaginario del protagonista. Gómez-Jurado está convencido que la Historia es "clave para entender el presente" y buscar "nuestra identidad" y, por ello, en La Leyenda del ladrón se ha convertido en su verdadero contexto.