Vitoria. A veces no basta con que algo comunique. Hay que trabajar para que esa comunicación sea posible. Karmele Madinabeitia recuerda bien la semilla (hazi) con la que partió todo. "Cogimos la idea de unos cursos de verano que daba Amuriza en Iruñea, y le dijimos a Abel Enbeita a ver si se podría hacer en Gasteiz". Treinta años después, el proyecto ha dado los mejores frutos, unos frutos orgánicos en forma de bertsolaris activos y de alumnos de bertso-eskolas que se forman a la par que disfrutan del euskara, algo que desde la Arabako Bertsozale Elkartea quieren celebrar con un racimo de bertso-saios. Y siguiendo en afán de comunicar. De comunicar lo que comunica.

Porque, aunque el bertso se extiende con fuerza y el idioma se palpa donde más debe, "en la calle", apunta Andere Arriolabengoa, bertsolari y responsable de promoción de la asociación, "también hay sitios donde el bertso todavía no ha llegado como quisiéramos".

Qué mejor excusa para seguir ampliando el eco, para empezar (hasi) la enésima revitalización, que la celebración del aniversario con el programa 30 urte, 11 opari (30 años, 1.000 regalos), una iniciaitiva que ya está llevando por todo Araba hasta 16 bertso-saios gratuitos con los que "queremos agradecer su apoyo a toda la gente, colectivos e instituciones que han colaborado con nosotros".

Una colaboración que también se expresa en números, desde aquellos dos pioneros centros que impulsaron emprendedores euskaltzales en 1982 -Gasteiz y Laudio- hasta la docena de municipios que cuentan con bertso-eskolas hoy en día.

Lo explica Asier Lafuente, coordinador de este proyecto y de la cuarta edición consecutiva de Araba Bertsozale, que se ramifica en tres vertientes. Por un lado, tan conceptual como necesario, comunicar entre los agentes sociales y culturales las posibilidades del bertsolarismo. Por el otro, en el plano más práctico, promover nuevos bertso-saios en diferentes formatos y aficionar al bertso a través de talleres en pueblos donde no hay escuelas.

Hablando de pueblos, la Diputación Foral quiso mostrar ayer su apoyo con la presencia de la diputada Icíar Lamarain en esta cita, donde remarcó su voluntad de promover el idioma y la artística y social pantalla del bertso. Las cifras también hablaron, recalcando los 16.000 euros forales que van a parar a actividades y los 5.500 con los que se inyecta a la txapelketa.

Lejos, muy lejos, quedan las aguerridas citas en el Txusta, cuando el bertso sólo era esa semilla débil. Pero hubo quienes supieron cuidarla y regarla. Su historia se cuenta en un libro que se puede descargar en la nueva web www.arababertsozale.org. Hazi, hasi... Así se consiguen las cosas. Horrela!