El edificio del antiguo reformatorio de Amurrio -que hoy da cobijo al semillero y centro de empresas, la sociedad para el desarrollo Amurriobidean, una bodega de txakoli y un restaurante- se convirtió ayer en un plató de cine. Y es que la productora alavesa Banatu Filmak lo escogió como escenario del rodaje del corto Y ahora, ¿qué hacemos?, escrito y dirigido por José Cruz Gurrutxaga, junto con Aitor Aranguren.

El motivo de la elección del Refor amurrioarra para la grabación de este trabajo se lo dio a DNA el propio Gurrutxaga. "Nos han dado todas las facilidades del mundo, estéticamente es perfecto y tenemos todas las localizaciones en un mismo sitio, con lo que se agiliza el rodaje", apuntó. De hecho, la estratégica ubicación del inmueble permitió a los artífices de este corto rodar todo en una misma jornada, que se extendió de las 08.00 horas hasta las 20.00 horas.

La historia -protagonizada por los actores alaveses Susana Soleto e Iñaki Rikarte, y la niña del municipio vizcaíno de Arrigorriaga Gorane Chueca, junto con más de una veintena de jóvenes de las asociaciones Down de Álava, Isabel Orbe de Vitoria y el Centro ocupacional Lantze de Llodio- "es una reflexión acerca del otro, del que no es como yo, ambientada en un mundo imaginario pero posible", adelantó Gurrutxaga, un actor con experiencia en teatro, cine y televisión que se estrena ahora como guionista y director con esta cinta de tres minutos.

Precisamente, su corta duración y la escasez de diálogo es lo que "nos ha permitido hacer dos versiones, una en euskera y otra en castellano", explicó la directora de producción, Sonia Pacios de Banatu Filmak, que calculó que Y ahora, ¿qué hacemos? estará preparado para intentar acceder a festivales "a principios de julio, y se va a distribuir a nivel nacional e internacional".

Pacios, que señaló que hay una ayuda del Gobierno Vasco para este corto, no quiso pasar la oportunidad de dar las gracias a todo el personal de Amurrio Bidean y el restaurante El Refor "por dejarnos rodar en sus instalaciones", y sobre todo a Yolanda y Marian de las asociaciones de personas con síndrome de Down alavesas que participaron en el rodaje. "Aunque actuar en un corto sea algo nuevo para la mayoría de estos jóvenes, muchos ya tienen experiencia en diferentes ámbitos artísticos, poesía, música, o danza, y todos se muestran ilusionados", subrayó Pacios.

Lo cierto es que estos chicos y chicas, con nombres tales como Patxi, Abel, Teresa, Lucía, Ana o Melina, se merecen un aplauso. Aceptaron con estoicismo la decisión de los directores en el reparto de papeles y se dejaron caracterizar para los mismos, facilitando el trabajo de Koro y Miren, que estaban al frente de maquillaje y peluquería.