Vitoria. La Conferencia Sectorial de Cultura, que reúne al Gobierno central con los ejecutivos autonómicos, hizo ayer parada de carácter ordinario en Artium (la próxima cita será en Extremadura) para que el ministro José Ignacio Wert y los consejeros del ramo pudieran examinar y coordinar sus estrategias y políticas. No se fue mucho más allá ya que de la reunión no salió ninguna concreción (tampoco estaba en el orden del día), sólo algún anuncio como el de la creación de un grupo de trabajo de cooperación entre las regiones del Estado.
Aún así, el encuentro en la capital alavesa sí sirvió para que Wert fijase posiciones con respecto a varios temas de actualidad, algunos relacionados con Euskadi, y para que el Gobierno Vasco se retratase. Y es que tras varios años de bajadas continuas en sus presupuestos poniendo como razón de las mismas a la crisis económica y después de aprobar unas cuentas en 2012 que han dejado al área de Cultura en una situación más que complicada (siendo especialmente dramático el recorte aplicado a Álava), la consejera vasca se olvidó de su propia acción política para reclamar a Madrid que haga un "esfuerzo" económico para "no poner en peligro la cultura", advirtiendo además que "limitar sus vías de financiación, y obstaculizar la ayuda de los capitales privados vía mecenazgo, empobrecerá a la sociedad y resultará perjudicial para los balances económicos de las administraciones".
"La cultura no es ni un capricho ni algo prescindible", comentó Urgell, quien, eso sí, no mencionó el recorte realizado en los últimos años por el Gobierno Vasco en los presupuestos de su departamento, ajustes que en materia cultural, de juventud o de euskera están teniendo consecuencias más que palpables. No hay que olvidar, por ejemplo, que la consejera habló en un museo del que Lakua se ha ido retirando en los últimos ejercicios de forma evidente.
Equilibrismos políticos a un lado, la reunión sectorial fue el escenario en el que, sin salir del País Vasco, Wert también decidió pasar de puntillas sobre cuestiones como el cierre de Chillida Leku (lo lamentó y esbozó una promesa de implicación en la "revitalización" del espacio) o proyectos en el aire como el de Tabakalera, aunque sí quiso dejar claro el apoyo de Madrid a la capitalidad cultural de San Sebastián en 2016, asegurando que el hecho de que gobierne Bildu en la capital guipuzcoana no es un problema, por lo menos, para él (otra cosa es la posición de otros miembros del Gobierno central o del Partido Popular): "no se va a discriminar a los ciudadanos de ningún lugar por el tipo de gobierno que tengan".
A partir de ahí, y mirando ya al conjunto del Estado, el ministro aprovechó la cita de Vitoria para informar a las comunidades de las líneas generales del borrador de la futura Ley de Participación Social y Mecenazgo, que espera que se apruebe "lo antes posible", según comentó el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.
Al margen de reiterar lo sabido (es decir, que se trata de una de las prioridades culturales del Gobierno), Lassalle no dio más detalles sobre el contenido del anteproyecto de ley, pese al interés mediático por conocer el trato fiscal que se dispensará al mecenazgo privado de la cultura.
Además, el Ejecutivo de Mariano Rajoy propuso la creación de un grupo de trabajo de cooperación con la acción cultural de las comunidades autónomas, en la que se articularán las propuestas culturales "de calidad" en las que se sumen los "esfuerzos" del Ministerio y las consejerías de Cultura. Durante su intervención en la conferencia, Wert explicó que pretende "dinamizar el funcionamiento de competencias en materia de cultura, desde la cooperación, entendida como una línea transversal de toda nuestra política cultural".