lA séptima edición de la semana negra de Barcelona, Bcnegra es el má afamado. Durante siete días la capital catalana se convierte en un escaparate de la literatura llamada negra y criminal. Encuentros con escritores, conferencias sobre el crimen, mesas redondas con escritores, ponencias acerca de este género en lugares tan lejanos como Inglaterra, Grecia o las Canarias... Esta es una simple enumeración de lo que da de sí este festival.
El género negro tiene tirón, de eso no cabe ninguna duda. En España, hay más de un encuentro del mismo pelo que Bcnegra. El más famoso es la Semana Negra de Gijón, que ahora está en peligro, y también el Getafe Negro, que empezó en 2008. Ahora que desde el norte no sólo baja el frío, sino que también llegan una serie de novelas criminales. La moda escandinava ha revalorizado el género.
Aurora boreal y La senda oscura de Asa Larsson, Zapatos italianos y El chino, de Henning Mankell y Crimen en directo de Camilla Lackberg, son algunos de los libros más prestados en las bibliotecas de Euskadi. Los lectores de las bibliotecas municipales prefieren escritores como los estadounidenses Harlan Coben y Donna Leon, y la sueca Mari Jungstedt.
Está comprobado que los vascos leen en clave negra, pero, ¿ se pueden encontrar obras criminales vascas? "Aquí hay gente que escribe novela negra, pero quizá no tanta como a mí me gustaría", se lamenta el escritor Jon Arretxe. "Cada vez hay más autores que, en castellano y en euskera, hacen su obra en género negro", apunta el autor José Javier Abasolo.
Arretxe (Basauri, 1963) y Abasolo (Bilbao, 1957) son dos de los máximos exponentes del género negro en Euskadi, el primero en euskera y el otro en castellano. Arretxe empezó en la literatura de viajes hasta desembocar en este tipo de historias. Abasolo está a punto de publicar su undécimo libro, todos dentro del mundo criminal.
Ambos coinciden en señalar que uno de los males que sufre la novela negra vasca es la poca consideración que se le da en este país. "En Euskadi nos hemos tomado demasiado en serio la literatura", se plantea el bilbaino. "No es que la novela negra no sea algo serio", afirma Abasolo, "pero nos ha parecido que los 'géneros populares' (novela negra, ciencia ficción) no eran muy serios ni del gusto literario puro".
Arretxe comparte la opinión de su compañero. "Nos tomamos el tema de los géneros literarios de primera y de segunda de una forma demasiado escrupulosa. Hay quien cree que la novela negra es un subgénero y no la considera de primera".
Sin embargo, esto no significa que no se escriba este tipo de historias. Dentro de la misma generación que Abasolo y Arretxe están apareciendo una serie de escritores que se decantan por el misterio. Willy Uribe, surfero a la par que escritor, ha ganado los premios Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón y el Farolillo de Papel de la Cámara del Libro de Bilbao, además de quedar finalista del V premio Tusquets de Novela con una historia angustiosa de huida y desesperación.
Otros dos plumíferos del género negro en euskera son Alberto Ladrón Arana, con un largo recorrido, y Eneko Aizpurua, que hasta el momento solo ha publicado una obra, Errauts.
Este libro es el último que ha editado el sello donostiarra Erein que, por ahora, es el único que tiene una colección destinada a publicar escritores vascos de género negro. En claro homenaje a la célebre novela de Dashiell Hammett, Uzta gorria es la marca para las novelas en euskera y Cosecha roja para las que están escritas en castellano.
Su director, Iñaki Aldekoa, explica que en euskera publican tanto obras originales, como las de Arretxe y Aizpurua, como traducciones de autores consagrados. "Son libros que, a nivel europeo, tienen un amplio seguimiento de lectores. ¿Por qué no intentamos que estos libros también funcionen en euskera?", se pregunta el editor.
Aldekoa confirma que hay un lector vasco de novela negra: "El género tiene una serie de seguidores que, de alguna manera, está al tanto de las publicaciones; pero lo hace con la lengua que puede". "El problema que tenemos es conseguir que las traducciones se publiquen a la par que en castellano o cuanto antes", destaca. Otra de las preocupaciones del editor es la poca cantidad de novela negra en euskera que se escribe: "Lo que echo en falta es el número de manuscritos que recibo en euskera".
Ambiente sórdido
Bilbao: ciudad sin ley
San Francisco fue la cuna de Sam Spade y Los Ángeles, la de Phillip Marlow. Estos dos detectives se movían en ambientes urbanos y barrios marginales.
Salvando las distancias, Bilbao es la ciudad que más se amolda a las características típicas de estas historias. Allí situará su próxima novela Jon Arretxe y en la capital vizcaina es donde transcurren las obras de Abasolo. "Bilbao es una ciudad que queda muy bien para este tipo de mundos más sórdidos y de corrupción, de los bajos fondos", describe el editor de Uzta gorria.
Arretxe explica por qué ha decido situar su novela cerca del Nervión: "La ciudad que tiene más ambiente para el tipo de historia que a mí me gusta es Bilbao y, sobre todo, la zona de la Palanca. Aquello es una pequeña África. Además, allí también está la prostitución de toda la vida y todo el tema de las drogas, con el mundo de la heroína y de los yonquis".
"La gente me pregunta por qué escribo novela negra si soy un enamorado de Bilbao", comenta Abasolo, "pero yo quiero escribir sobre la sociedad que conozco, mi país y mi gente; en el fondo tengo cariño a esa realidad, un poco más sórdida".
Dentro de esa realidad cabría incluir otro tema que conjuga muy bien con las historias criminales: ETA. "Se está hablando ya de ETA en la novela negra, incluso antes de la tregua, aunque digan que los escritores vascos no hablaban del terrorismo", asegura Abasolo.
No obstante, Arretxe considera que la violencia política "se trata de refilón". "Esto puede ser porque ha habido ETA hasta hace muy poco", explica, "pero a partir de ahora, con otra mirada hacia el pasado, sí que empezarán a aparecer más".
l Errauts. La primera novela de Eneko Aizpurua, situada en Lazkao y que trata sobre la inmigración y la corrupción.
l Pájaros sin alas. Abasolo crea en esta novela al detective Goiko, que aparecerá en su próxima publicación.
l Tangerko ametsak. Como es habitual en las novelas de Arretxe, en ésta mezcla el género negro con la literatura de viajes.