Basado en hechos reales. O, mejor dicho, nadado. Esa podría ser la vitola de Nicolás/Nikolas, el último álbum de un Txabi Arnal que, después de madurar las historias, comienza la cosecha. La editorial Edebé publica esta pequeña historia para pequeños lectores, con la inmigración como telón de fondo, como pileta en la que el escritor afincado en Gasteiz y el ilustrador Patxi Gallego bañaron sus respectivos pinceles narrativos.

Nicolás nace en la misma época que otro álbum dedicado al mismo tema, a los flujos sociales que inundan el mundo contemporáneo. Pero, "así como Caja de cartón es una historia ficticia, este Nicolás está inspirado en un hecho que me sucedió en las piscinas de Aldabe". Como le ocurre al niño que protagoniza el trabajo, al entrar a las piscinas del centro cívico Txabi se encontró con "un tío cachas haciendo aguadillas en la piscina pequeña; luego, en un momento en que yo estaba descansando se me acercó y me dijo si nadar era difícil...".

Alea jacta est. Pero en este caso era el arte lo que estaba echado. Tras charlar con él aprendiz de nadador, Arnal comenzó a preguntarse si aquel joven se acercaba a la piscina "por amor al deporte o por otro motivo", y la historia salió sola. Podía haber sido una narración ilustrada mucho más larga, pero Arnal prefirió que tomara la extensión que ella misma pedía. "Tampoco traté de darle mucho barniz literario. Puedes escribir un libro de ochenta páginas, pero con lo que tenía pensaba que lo había dicho todo y que si alguien tenía que aportar más eran la ilustración y el lector".

Dicho y hecho. Volvió a llegar el momento de comenzar. Porque, aunque suma ya casi una veintena de libros con media docena de editoriales, "cada vez que escribo algo siento que vuelvo a empezar de cero". Aquí la casualidad se sumó al cero. La casualidad y su colega Mikel Valverde, que le presentó en un congreso donostiarra a la directora de la colección Tren azul de Edebé, Reina Duarte, a la que le gustó la historia.

Le ofrecieron tres ilustradores y Txabi Arnal escogió a Patxi Gallego, que en su opinión ha logrado una ilustración "muy expresiva" en la que los personajes clavan los sentimientos en sus gestos. "Ha interpretado el texto a la perfección, clava las emociones una detrás de otra", asegura Arnal pasando las páginas de su nuevo trabajo, que también edita Edebé en euskera con el sello Giltza.

El dibujo de Gallego dulcifica un texto de contenido contundente que vio la luz hace unos meses y que vuelve a colocar a Arnal -tras la defensa de su tesis- en la senda de las baldas de librería, un camino en el que hace tiempo que no necesita hacer pie. Aún caliente la mención especial del I Premio Internacional de Álbum Ilustrado, organizado por el Grupo Editorial Luis Vives, por su trabajo La pastora y el sapo, junto a Julio Antonio Blasco, Txabi ya espera para fechas estivales un nuevo trabajo con la editorial gallega OQO. Se trata de El rompecabezas, que frente a Nicolás -a partir de cinco años- se presenta como un relato ilustrado "oscuro y con pinceladas góticas", dibujado por Roger Olmos. "Tiene una estética brutal", asegura.

Pero, mientras tanto, a Nicolás -o Nikolas- le quedan muchos largos que recorrer, intercambiando confidencias con su pequeño amigo, prolongación de todos los niños que lo lean o se dejen ser leídos. ¿Será finalmente Nicolás un superhéroe? ¿Podrán ayudarse a entender las raíces y las formas del miedo? Txabi Arnal y Patxi Gallego juegan con palabras y formas en esta obra, de la que se editan dos mil ejemplares en castellano y la mitad en euskera. Tras Huracán, Besos o El corazón del sastre, Arnal vuelve a bucear en la psicología y los sentimientos del relato infantil, un campo en el que es especialista. Como lo es haciendo de la realidad una esencial y poderosa ficción.