barcelona. Los robots, tanto en su versión en papel como electrónica, son los protagonistas de la XXX edición del Salón del Cómic de Barcelona, que ayer abrió sus puertas y que ofrece un curioso recorrido por la relación que estos ingenios han tenido con el cómic y el cine, y su futuro papel en la sociedad.

El pabellón número 8 de la Feria de Barcelona fue desde primera hora de la mañana un hervidero de visitantes entre los 153 expositores previstos -récord del certamen- en una edición en la que el salón ha rendido un sentido e inevitablemente improvisado homenaje al recién fallecido Jean Giraud Moebius, con una pequeña muestra Inside/outside de originales del dibujante francés y otros realizados por Max, Per Joan o Ruben Pellejero, entre otras firmas. Antes de que la larga nómina de autores se fuera ubicando para ir firmando ejemplares, los robots en sus diferentes versiones y tamaños han acaparado la atención de los visitantes, gracias a la exposición Robots en su tinta. De la ficción a la realidad, pensada como un instrumento de divulgación no sólo recreativo, señaló su comisario, Jordi Ojeda.

Desde la María de Metrópolis, pasando por Astroboy, Doraemon o los androides de la serie de Star Wars, la exposición es un repaso de los autómatas que han llenado los libros de literatura fantástica, los cómics, el manga o el anime, con centenares de originales de muchas de estas series y con especial atención a Mazinger Z, el gigantesco robot que cumple 40 años este 2012 y cuyo autor, Go Nigai, está en el salón. Por supuesto, también están presentes R2d2, que ha demostrado por su parte que no pierde fuelle a pesar de sus más de 35 años de vida.