Najwa Nimri publica la próxima semana Donde rugen los volcanes (Warner), un disco inspirado en un lugar postapocalíptico, "donde se unen el Sol y la Tierra", en el que experimenta con un sonido "hipnótico" y poco convencional, nutrido por canciones que nacieron acústicas y mutaron electrónicamente. "Es una cuestión de no aburrirme", explicó ayer la cantante y actriz en una entrevista en la que ha defendido que no busca el riesgo por el riesgo, sino dar forma a una idea precisa que resuena en su cabeza cuando entra a grabar. "No me estoy haciendo la rara", insiste. Ha trabajado muchísimo las letras, confiesa ante su segundo disco en castellano, tras el previo El último primate (2010). Éste álbum, dice, "se clava en la tierra" y no es ahí donde siempre le gusta estar. "Soy más de alzar el vuelo, de que las cosas respiren y suenen fluidas, que parezca que ni canto", afirma.