Vitoria. Si el flautista se vengó de Hamelín arrastrando a los hijos de la ciudad con la hipnosis de las notas, desde hace años en Gasteiz el mismo instrumento embelesa a un buen puñado de habitantes. Son niños, y también adultos. Son los alumnos de este instrumento que suman la Escuela de Música Luis Aramburu, la escuela de música Vedruna y Jesús Guridi, que por tercer año se reúnen, de la mano de sus maestros, para ofrecer un concierto conjunto de sus aulas de flauta travesera, mañana a las 19.15 horas en el Aula Magna del conservatorio. Las notas comenzaron a sonar hace tiempo, caminando por un mismo pentagrama colectivo.

"La sonoridad de la flauta cambia mucho cuando la escuchas en orquesta", explica Alberto Itoiz, de Vedruna Musikaeskola. Junto a Jaione Gallardo, de Luis Aramburu, y a los profesores de Jesús Guridi José Luis Oroz y Jaione Orive -que se encargará de portar la batuta de la velada-, guía la formación de los cerca de cuarenta pupilos reunidos, desde los siete años hasta edades adultas.

La pantera rosa, La bella durmiente y tres composiciones de una colección de músicas del mundo -Siyahamba, Airdi Cuan y Freylech from Varsaw- alimentarán un programa musical que cada año permite a los alumnos tener "un objetivo más que el de la clase", una meta que "les cuesta lo suyo montar" y que consigue, a la par, que unos músicos acostumbrados al ensayo en solitario y la hora de clase semanal "vayan perdiendo ese miedo a salir en público y tocar delante de la gente; con esto se aprende mucho...".

Itoiz lleva tiempo aprendiendo. A los siete años comenzó con el violín, pero dos después cambió al instrumento que hoy centra su quehacer en Vitoria, donde se sacó la plaza este músico de Sangüesa. La vecina Iruñea, Hendaya o París alimentaron su propia formación, que en la actualidad revierte en su propuesta lectiva en Vedruna. No puede evitar mirar con sana envidia proyectos de orquestas de flauta en Zaragoza, Madrid o Barcelona, iniciativas con una formación estable, que cuentan a veces con batutas importantes, con obras originales. Eso, en Gasteiz, sería más complicado, "porque hablamos de grado elemental y medio... bastante hacen con preparar este concierto".

Un concierto que no sólo contará con la clásica flauta en do, sino que integrará piccolos -o flautines-, dos flautas contralto en sol y una flauta baja en do, acompañados todos ellos por varios percusionistas, un violoncello y una guitarra eléctrica. A la cita no fallarán, como de costumbre, las familias y amigos, pero esta velada gratuita es una oportunidad abierta a todo aquel público que disfrute de este instrumento generalmente solista, que mañana pide el foco de protagonismo en Jesús Guridi con esa especial sonoridad que le aporta su fuerza colectiva. Los flautistas empiezan ya a tocar. ¿Gasteiz será Hamelín?