Vitoria. En medio de un panorama cultural tendente a la congelación o a la inacción, Trayecto ha decidido dar pasos "intentando buscar colaboraciones que beneficien la actividad y la visibilidad". Cinco de sus artistas inauguran tres muestras en espacios de arte estatales, asumiendo la galería "una responsabilidad a la que lo público ha renunciado", y buscando una mayor proyección de los últimos trabajos de Joxerra Melguizo, Guillem Bayo, Juncal Ballestín, Néstor Sanmiguel y Aitor Lajarín.
Valencia acoge dos de las exposiciones con sello de Trayecto, compuestas a su vez por sendas duplas. La primera, bajo el título de De qué hablamos cuando hablamos de (...), la componen hasta el 5 de mayo Juncal Ballestín y Néstor Sanmiguel, que toman la galería Rosa Santos con un tándem "relacionado con la pintura, con aquello que se establece entre la pintura y lo pictórico", explica el coordinador de Trayecto, Fernando Illana, mientras Sanmiguel habita también la galería gasteiztarra reflexionando sobre la práctica histórica de la pintura.
En el caso de Ballestín, la ausencia de soporte es la característica principal, conjugando con su progresiva búsqueda de la esencia en su instalación de pensamientos, sus pinturas enredadas, sus pinturas d_escritas, sus textos trampeados o un loop de cinco vídeos -tres de ellos inéditos- en el que se cuela la singular pieza de goteo, una de las protagonistas en su presencia monográfica en Montehermoso.
Ballestín continua así gestando "obras lo más desnudas posibles", jugando incluso con sinestésicos versos dedicados a los colores y dejándose llevar siempre por lo que le pide la expresión. "Es una necesidad inexplicable que te obliga a hacer una serie de cosas supeditadas casi exclusivamente por tu deseo", explica sobre la creación.
También en Valencia, la de Joxerra Melguizo -Noraezean- comparte espacio en Espai Visor con la de Guillem Bayo -A discreción- hasta el 26 de mayo. Destaca en la propuesta del segundo su vídeo sobre el Valle de los Caídos, sin olvidar jugar con la presencia en tierras valencianas en los salvamanteles con que la galería promociona sus muestras, diseñando un juego de unir los puntos que deriva en traje de Camps, o una divertida ouija con la que esperar las viandas.
Un vídeo -junto a algunas fotografías- es el eje principal del trabajo del gasteiztarra Joxerra Melguizo, que monta en la pieza diversas grabaciones que ha ido tomando a lo largo de la última década en una suerte de making off de su producción. "Durante este tiempo he estado grabando distintos momentos en el taller, cuando estoy montando o desmontado una exposición, cuando voy a la naturaleza", recuerda el creador, que establece con todo ese material una selección que, reconoce, "tiene bastante de autobiográfico".
El título Noraezean define a la percepción el caprichoso hilo conductor de la expresividad, esa querencia innata e indescifrable hacia lo artístico en la que "a veces lo interesante no es la culminación de la obra, sino el proceso por el que se llega a ella", ése mismo que guió el arrastre de la señal de cruce de caminos museísticos, el retrato de la firma de Cezanne o su Artea ardiendo, algunos momentos que alimentan la sucesión de fotogramas. Sin artificios.
Completa el quinteto Aitor Lajarín, que, como el del resto de sus colegas, se prolonga a través de su trabajo con Trayecto en otro espacio, el de la galería Palma Dotze de Villafranca del Penedés, que propone Ideas, objetos y acoplamientos hasta el 6 de mayo.