Vitoria. El Obispado propuso. Pero la Fundación no puede disponer. El deseo anunciado desde el Obispado de abrir la Catedral de Santa María al culto el próximo 29 de abril, coincidiendo con los 150 años de la Diócesis de Vitoria, no podrá ser cumplido. La logística se impone a la onomástica, y la puesta de largo religiosa -a la que iba a acompañar la del resto del proyecto- deberá esperar, sine die, a una nueva fecha de apertura, ya que es imposible cumplir con este plazo en las condiciones adecuadas.
"Hay que hacer las cosas bien", opinó el director del proyecto, Juan Ignacio Lasagabaster, que señaló varias causas para justificar la demora. El suministro de materiales -cantería...-, los imponderables -fisuraciones...-, "la seguridad, el ornato, la limpieza de paramentos...". Muchas son las razones que han obligado a posponer la fecha de apertura al culto, que supondrá dibujar una nueva marca en el calendario. Una nueva marca que no quiere volver a señalar. "Caería otra vez en mi propia trampa", bromeó Lasagabaster.
"Es imposible que se haga en ese plazo con plenas garantías de calidad", reiteró el diputado general, Javier de Andrés, que junto a la responsable foral de Cultura, Icíar Lamarain, visitó ayer las obras de restauración del templo gasteiztarra. "Ya abriremos, tampoco es tan urgente", consideró De Andrés, resaltando, en paralelo, que "las próximas semanas son especialmente atractivas" para quien desee realizar una visita al espacio, ya que se vivirán en él la desaparición de las pasarelas y las estructuras metálicas. Esto permitirá una nueva visión del edificio, "una experiencia que muy poca gente puede ver en el siglo XXI".
Tras vaciar de rellenos los cimientos de la catedral, ésta se encuentra ahora mismo readecuando su suelo para la citada apertura al culto, viendo crecer dos bóvedas bajo las que se situará la parte dedicada a la exposición, una "musealización que queremos que empiece a la vez que se inicia el culto en la catedral", afirmó Lasagabaster. "Más que una cripta subterránea va a ser un itinerario cultural que se acabará en la atalaya de la torre".
Esta (pos)puesta en marcha del culto y del nuevo itinerario cultural, que tendrá lugar -eso sí lo aseguró el director de los trabajos- a lo largo del presente año 2012, no supondrá, sin embargo, que las labores finalicen dentro del templo gótico. Medio en broma, medio en serio -aunque, sobre todo, lo segundo-, Lasagabaster propone un nuevo lema para la visita. En lugar del Abierto por obras, un Abierto por mantenimiento, ya que "un edificio como éste no se debe abandonar".
A partir de la reactivación del culto, misas, bodas, funerales y demás liturgias propias del calendario religioso comenzarán a sucederse entre los muros de Santa María, acompañadas de un programa de acciones culturales que, según Lasagabaster, intentará que "se pueda fomentar el uso de otras iglesias". Cuando la Fundación disponga, el Obispado podrá proponer su aniversario.