Vitoria. No hacía falta ser adivino para saber con anterioridad el tirón que en la taquilla iban a tener, sobre todo, La Oreja de Van Gogh y Amaral durante el proceso de compra de abonos y entradas anticipadas para la reunificada temporada invierno-primavera organizada por la Red Municipal de Teatros. Esta campaña especial de venta terminó ayer (a partir de hoy empieza la ordinaria, eso sí, sin horarios ampliados ni jornadas específicas) con los donostiarras con todo agotado en menos de cuatro horas para su cita del 4 de febrero en el Principal y los zaragozanos cerca del cartel de completo, y eso que en su caso el concierto no es hasta el 21 de abril (a última hora, sólo quedaban menos de 60 huecos).
Tanto el escenario de la calle San Prudencio como los de los centros cívicos Hegoalde y Lakua afrontan desde ya unos meses con muchas novedades, puesto que la crisis económica y los ajustes presupuestarios han supuesto unir las campañas invernal y de primavera, reducir un 40% el dinero destinado a ambas y, en consecuencia, reducir el número de espectáculos. A partir de ahí, habrá que ver cómo reaccionará el público, aunque estas últimas jornadas especiales de venta de abonos y entradas pueden dar una primera idea.
Así por ejemplo, los montajes de danza y los dirigidos al público familiar (sean teatro o no) son los que más huecos libres presentan por el momento, destacando el último caso puesto que hasta no hace tanto, los espectadores más pequeños rozaban siempre el 100% de asistencia media. De todas formas, habrá que esperar a que llegue cada cita para conocer de verdad la respuesta de los asistentes.
En lo que respecta a las representaciones teatrales, quienes más atención han despertado han sido Verónica Forqué y su Shirley Valentine, que se producirá en junio pero ya quedan menos de 50 entradas, así como Josep Maria Pou y Llama un inspector (menos de 150 butacas para su llegada el 24 de febrero).
En el resto de los casos, la taquilla se lo está tomando con algo más de tranquilidad, aunque sin dormirse. Resulta, tal vez, un tanto llamativo, por lo mediático de sus protagonistas, el ritmo un tanto pausado en el caso de los montajes de Concha Velasco, Anthony Blake y Tricilce.