DONOSTIA. La familia del escultor Eduardo Chillida insistió ayer en que el museo que reúne en Hernani (Gipuzkoa) la obra del artista únicamente se reabrirá al público "en el contexto de una negociación de compra-venta", que las instituciones vascas rechazan en esta situación de crisis económica.
La familia del artista respondió, mediante un comunicado, al planteamiento efectuado en una reunión celebrada ayer entre sus abogados y representantes del Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa, que ofrecieron asumir la gestión de Chillida Leku, cerrado desde hace un año debido a su inviabilidad económica.
Los Chillida reiteraron su "disposición de acordar con ellos la transferencia de Chillida Leku de manos privadas a manos públicas", de manera que sea posible asegurar "un futuro público seguro" para el museo y a la vez "suponga una compensación económica justa para sus propietarios". "Únicamente es posible considerar la reapertura libre al público de Chillida Leku en el contexto de una negociación de compra-venta", argumentaron.
La opción de que las instituciones públicas adquieran la propiedad del museo fue totalmente descartada por la consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, quien explicó que con la crisis económica las administraciones públicas no pueden abordarla "de ninguna de las maneras".
No obstante, tanto Urgell (PSE) como la diputada de Cultura de Gipuzkoa, Ikerne Badiola (Bildu), plantearon a la familia la posibilidad de que las instituciones asuman la gestión del museo.
Los familiares del escultor reclamaron "una propuesta de trabajo seria, con unos plazos claros y un firme compromiso firmado", que respete las tres condiciones impuestas por los herederos del artista, para que sea posible "iniciar un proceso que pudiera desembocar en la apertura al público de Chillida Leku".
La primera de esas condiciones es preservar "la unidad permanente de la colección en los actuales terrenos" y con la misma configuración; la segunda hace referencia al "carácter monográfico del museo", al que no se puede incorporar obra de otros artistas, "aunque sí podrán habilitarse nuevos espacios anexos con exposiciones temporales"; y la tercera condición consiste en que la familia se reserva el derecho de veto "en lo que afecte a la salvaguarda de la obra y la imagen de Chillida".
La consejera, por su parte, cree que con sus propuestas están poniendo "las cosas fáciles" a los hijos del escultor para hacer posible la apertura de un recinto. Urgell y Badiola explicaron a los abogados que la vía de un convenio de colaboración con la Fundación Chillida-Belzunce sería el camino más conveniente en la actual situación económica, que podría suponer que los herederos del escultor gestionaran el museo y recibieran aportaciones públicas para cubrir el déficit, que las instituciones se hicieran cargo de esta labor directamente o que se buscara una fórmula mixta.
No se ha hablado de "números", ni de qué implicaría esa entrada de las instituciones en el museo y lo que recibiría a cambio la familia.
Urgell precisó que la fórmula del convenio es la opción que ya tienen "más trabajada", aunque sus términos "siguen sin estar definidos", ya que antes de abordar los "detalles técnicos", la familia debe decir si le parece "una buena idea" volver a abrir Chillida Leku al público.
Mientras no exista acuerdo, el museo seguirá con su trabajo para "divulgar, dar a conocer y facilitar" el estudio de la obra de Chillida, de cuyo fallecimiento se cumple este año el décimo aniversario.